Riesgo Bajo 47,81% Riesgo Moderado 35,86% Riesgo Alto 16,33% Por qué el tercer sector prefiere proyectos de bajo riesgo El diagnóstico de las prácticas em- presariales según su nivel de ries- go revela una clara inclinación hacia proyectos de bajo riesgo, que re- presentan el 47,81% del total. Este tipo de iniciativas son populares de- bido a su menor complejidad, alta previsibilidad de resultados y menor inversión inicial, lo que las convierte en una elección segura para las or- ganizaciones del tercer sector. Los proyectos de riesgo moderado constituyen el 35,86%, destacán- dose como un equilibrio entre inno- vación, impacto y viabilidad. Final- mente, los proyectos de alto riesgo, aunque menos frecuentes, repre- sentan el 16,33%, evidenciando un compromiso con la innovación y la transformación profunda, pero tam- bién con mayores niveles de incerti- dumbre. El tercer sector tiende a preferir pro- yectos de bajo riesgo por varias razo- nes. En primer lugar, muchas organi- zaciones operan con presupuestos ajustados y dependen de subven- ciones, d onaciones o ingresos li- mitados, lo que las obliga a priorizar proyectos que aseguren un retorno rápido y tangible con una menor in- versión. Además, estas organizacio- nes suelen estar bajo presión para demostrar impacto rápidamente, especialmente a sus financiadores y beneficiarios. Los proyectos de bajo riesgo permiten mostrar re- sultados a corto plazo, generando confianza y legitimidad. A menudo, estas entidades no cuentan con la infraestructura o el personal nece- sario para gestionar iniciativas com- plejas o de alto riesgo, lo que limita su capacidad para asumir desafíos más innovadores. Por otro lado, dado que el tercer sector tiene un enfoque centrado en la sostenibilidad social y ambiental, suele adoptar posturas más conservadoras para garantizar que los recursos se utilicen de ma- nera efectiva y sin desperdicios. Asi- mismo, en este sector los fracasos pueden ser más visibles y perjudi- ciales para la reputación de la orga- nización, lo que fomenta una prefe- rencia por proyectos con menores posibilidades de fallar. Aunque menos frecuentes, los pro- yectos de alto riesgo son esenciales para abordar problemas estructura- les y generar cambios significativos a largo plazo. Estas iniciativas sue- len requerir mayores inversiones ini- ciales y tiempos prolongados para observar resultados, pero tienen el potencial de transformar sectores completos o desarrollar soluciones disruptivas. Las organizaciones que los lideran suelen ser aquellas con mayor capacidad financiera, acceso a tecnología avanzada o un sólido respaldo institucional. Este equilibrio entre proyectos de bajo, moderado y alto riesgo subraya la diversidad de estrategias en el tercer sector para generar impacto sostenible. REPORTAJE GRAN EMPRESA SOCIEDAD CIVÍL