Conclusión ¿Unas galletas sin azúcar? Los más destacados,los más escasos ¿Avaladas por la ciencia? ¿Unas galletas sin azúcar? El mensaje “Sin azúcares añadidos” obliga a que en el alimento no se hayan agregado azúcares simples ni ningún alimento utilizado por sus propiedades endulzantes, algo que se cumple en estas galletas. Sin embargo, no significa que el alimento no tenga azúcar. En la tabla nutricional vemos la presencia de 2,8 g de azúcares, que representan a los azúcares simples que se encuentran de forma natural en los ingredientes. Esto se indica, como obliga la legislación, mediante la frase “contiene azúcares naturalmente presentes”. Los más destacados, los más escasos En el envase se destacan cuatro ingredientes: aceite de girasol alto oleico, semillas de sésamo, lino y germen de trigo. El aceite supone un 9% del producto, mientras que el resto son ingredientes minoritarios que están en proporciones ínfimas. Las semillas de sésamo suponen el 5% de la receta, es decir, lleva menos semillas que edulcorantes. El lino y el germen de trigo suponen solo el 0,2% cada uno, una cantidad inferior a la de algunos de sus aditivos, como los gasificantes o el emulgente. Estas cantidades no aportan valor nutricional alguno. ¿Avaladas por la ciencia? Estas galletas incluyen el sello de la Fundación Española del Corazón, una institución privada promovida por la Sociedad Española de Cardiología. La Organización Médica Colegial aprobó en 2016 una declaración en la que se concluye que es contrario a la ética que instituciones, organizaciones y sociedades científico-médicas avalen productos alimentarios de dudoso beneficio para la salud, puesto que se considera una forma de publicidad subliminal en la que se entiende que el producto viene avalado por una sociedad científica. Conclusión Comparada con una galleta maría de marca blanca, esta no aporta azúcar frente a los 1,2 g de una convencional, tampoco sal (aunque el contenido en sal de una galleta suele ser muy bajo, de unos 0,04 g) y ambas tienen unas 26 kcal. No obstante, lo más importante en su impacto para la salud en la población sana es el consumo habitual de la galleta en sí, ya que debería ser un alimento de consumo ocasional. Su precio es un 47% más caro que el de galletas de marca blanca sin sal y sin azúcares añadidos elaboradas por la misma empresa con una receta prácticamente idéntica.