l pasado 2 de octubre, el Instituto Karolinska de Estocolmo concedía el premio Nobel de Medicina a la húngara Katalin Karikó y al estadounidense Drew Weissman por sus investigaciones “para desarrollar vacunas de ARNm [mensajero] efica-ces contra la covid-19”. El galardón se convertía así en un espaldarazo para estos dos científicos, que durante 20 años trabajaron en la sombra, mano a mano, discutiendo cómo el ARNm podía generar una respuesta inmune frente a una infección o, incluso, frente a enfermedades como el cáncer. “A través de sus descubrimientos innovadores, los galardonados contribuyeron a la tasa sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos”, reconoció el jurado de la Academia sueca. Jai-me Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología, se suma a este reconocimiento. “Si fue posible conseguir en tiempo