Galaxia Nextil, el industrial catalán que soñó con ser grande Por Celia Oliveras • L’hereucatalán El grupo industrial conocido hoy en día como Nueva Expresión Textil (Nextil) nació inicialmente en El Masnou, pocos kilómetrosal norte de Barcelona. Sus orígenes se remontan a 1954, cuando Josep Domènech Giménez, hijo único y empresario de la zona, heredó el negocio familiar de sus padres. Bajo el nombre de Dogi (Domènech-Giménez), Domènech comenzó a impulsar la empresa, especializada en la fabricación de tejido elás- tico. Dogi, que cotizaba en Bolsa, mantuvo la dirección familiar hasta 2007, su sede en el Masnou hasta 2017 y Domènech actuó comopresidente de la misma hasta la venta de la compañía a un fondo inversor. • Sujetadores y bañadores A pesar de la larga historia de Nextil, que ha cambiado de dueños, nombre y localización en varias ocasiones, la constante de la compañía ha sido siempre la fabri- cación de tejido de punto elástico para íntimo y baño. A través de este material, las fábricas de primero Dogi y luego Nextil han estado presentes en todo el mundo, desde Europa, Asia y América. El grupo se especializó desde sus inicios en la fabricación para clientes exter- nos, que confeccionaban sus colecciones con el tejido de Dogi. Su proceso industrial abarca desde la creación, tintado y confección de la tela, así como las operacio- nes logísticas relacionadas con el envío. • Asia, al acecho La aparición del continente asiático, y China especial- mente, en el panorama internacional como el gran gi- gante productor obligó a las empresas europeas a expandir sus procesos en el continente, donde los costes de pro- ducción eran más baratos, para competir en precio. En medio de esta debacle se encontró Dogi, que a partir del año 2000 comenzó su internacionalización a golpe de compras. En aquella época, la compañía catalana llegó a tener fábricas en México, Estados Unidos, Alemania, China, Tailandia, Filipinas y Sri Lanka, además de sus plantas en Cataluña. El coste de esta expansión inter- nacional fue el inicio del fin de la compañía. • Apuntar demasiado alto • Adiós al brazo productivo en España El coste de esta internacionalización, sin embargo, fue En España, la presencia dela empresa ha pasado por demasiado elevado para la compañía, lo que complicó diferentes etapas. Los procesos de internacionalización la situación financiera del gigante. En 2001, tras la ad- trajeron consigo consecuencias en la panta española,l quisición de varias fábricas de Sara Lee, Dogi se vió todavía ubicada en El Masnou. En 2007, coincidiendo obligada a realizar dos ampliaciones de capital que no con el aumento de su producción en Asia, la empresa remontó hasta una emisión de deuda cinco años más llevó a cabo dos expedientes de regulación de empleo tarde. En 2007 y 2008 la compañía volvió a ampliar ca- que redujeron la plantilla a 343 empleados, frente a los pital para construir nuevas fábricas en Asia, donde de- 586 trabajadores que tenía entonces. En 2011, la compa- rivó la mayor parte de su actividad. La sobreproducción, ñía, que ya había cambiado de manos y pasaba a estar la elevada deuda y los continuos números rojos de la manejadapor el fondo de inversión Sra aital, vol-hepCp compañía fueronelmixque terminó por arrastrar a vió a reducir su plantilla hasta los 153 trabajadores en Dogi a entrar en concurso en 2009. España. La planta cerró definitivamente en 2022. 82 Modaes — Nº51 gnicruoS