cada micropilote la profundidad estrictamente necesaria para alcanzar el terreno firme buscado. • El gálibo y el espacio de trabajo necesarios se redu-cen al máximo por la sencillez y manejabilidad del equipo de hinca. • Ausencia de vibraciones, gases de combustión, rui-dos, detritus de perforación, etc. Todo ello puede resultar de gran importancia en entor-nos sensibles como instalaciones hospitalarias, colegios, actividades industriales de precisión, etc. Aplicación. Un ejemplo de lo dicho puede ser la cimenta-ción de un edificio en Cantabria, en la que se ejecutaron 30 micropilotes con tubo de 88,9 mm de diámetro y 7 mm de espesor de acero N80. La profundidad alcanzada por los micropilotes fue va-riable, en función de la aparición del firme, con un máximo de 7 m. En estos casos, primero se ejecuta la nueva cimenta-ción (encepados, vigas riostra, losa, etc.). Este cimiento va a materializar el peso o reacción necesaria a la fuerza que el gato de hincado ejerce sobre el tubo del micropilote para vencer la resistencia a la hinca que el terreno vaya a presentar. Esto evita tener que supeditar el desarrollo de la obra a la preparación de plataformas de trabajo y a la ejecución del micropilotaje, permitiendo la superposición de trabajos. HABLA GEOSEC PARA CERCHA Arriba, uniones de micropilote a tubo-camisa y equipo de hinca acoplado al tubo-camisa.