safíos pasados, presentes y futuros en edificación. Por este motivo, consideramos un imperativo acercar estas técnicas a las nuevas generaciones, impulsando el relevo generacional y ofreciendo un enfoque diferente sobre la construcción”, reflexiona Alfredo Sanz Corma, presi-dente del CGATE. El curso El obrador: la cal, dirigido a estudiantes de Grado de Arquitectura Técnica, Arquitectos Técnicos y estudiantes de posgrado, se ha diseñado como una formación de carácter teórico-práctica, donde los alum-nos han podido aprender de la mano de profesionales del sector como Oriol García Alcocer sobre los tipos de cal, su uso, las diferentes técnicas de construcción y el arte del estucado, aplicando lo aprendido en situaciones reales. “El planteamiento de El obrador es conocer en primera persona, y con sus propias manos, las técnicas construc-tivas tradicionales. De hecho, las clases prácticas han su-puesto el 90% de la formación. Para ello, hemos contado con profesionales de prestigio, que han intervenido en el patrimonio edificado”, apunta José Miguel Sanz Lahoz. A través de una visita guiada a la Colegiata-castillo de Santa CGATE / pROFESIÓN la técnica del estuco Estos Talleres ofrecen un plan formativo para el desarrollo profesional de los futuros Arquitectos Técnicos La técnica del estuco “El estuco es una técnica artesanal hecha con cal aérea y mármol, para aristas y rincones, que requiere saber aplicarla y trabajarla bien. Hay que saber esperar y respetar el tiempo que te marca la obra. Las dificultades son esas, tener paciencia y dedicación en cada aplicación porque hay que preparar los morteros, ya que hay que adaptar cada mortero al paramento que vayamos a tener”, explica Oriol Gar-cía, estucador, licenciado en Bellas Artes y docente principal del curso El obrador: la cal. Se entiende por estuco el revestimiento continuo para acabados de paramentos interiores o exteriores, realizado con masas de cal grasa en pasta, arenas y polvo de mármol, y si procede, pigmentos; también recibirían esta denominación algu-nos revestimientos realizados con yeso. Técnicamente, todos los estucos tienen en común el estar formados al menos por dos capas de masa magra y un repretado, que consiste en rellenar con el fratás las coqueras y eliminar los pequeños desniveles para regularizar y conseguir la planitud del paramento. El grosor final del estuco puede llegar a alcanzar los dos centíme-tros y solo tendiendo varias capas delgadas y ejerciendo presión sobre ellas con la herramienta (fratás o llana según los casos), puede lograrse la cohesión del estuco y evitar el desprendimiento. El grosor de cada una de las capas viene dado por el tamaño del grano utilizado. La granulometría varía a lo largo del proceso, y siempre se ha de comenzar con el grano grueso y utilizar las arenas de menor tamaño en las capas de acabado. El material siempre ha de ser aplicado sobre húmedo. El momento idóneo para tender una capa de estuco es cuando se ha evaporado el exceso de agua del ama-sado y la masa adquiere la firmeza y solidez suficientes para soportar una nueva aplicación. “En el argot del oficio esta situación se conoce como dejar orear o airear la masa (aixamurat en catalán), es decir, cuando al pasar la mano por encima de la superficie la masa no mancha ni se hunde, pero todavía se mantiene fresca”, apunta García. Por último, solo el empleo de materiales de excelente calidad pueden asegurar un buen trabajo de estuco: la cal en pasta ha de permanecer embalsada al menos durante seis meses, la arena ha de ser de mármol y los pigmentos resistentes a los álcalis, ácidos y rayos ultravioleta. La técnica del estuco “El estuco es una técnica artesanal hecha con cal aérea y mármol, para aristas y rincones, que requiere saber aplicarla y trabajarla bien. Hay que saber esperar y respetar el tiempo que te marca la obra. Las dificultades son esas, tener paciencia y dedicación en cada aplicación porque hay que preparar los morteros, ya que hay que adaptar cada mortero al paramento que vayamos a tener”, explica Oriol Gar-cía, estucador, licenciado en Bellas Artes y docente principal del curso El obrador: la cal. Se entiende por estuco el revestimiento continuo para acabados de paramentos interiores o exteriores, realizado con masas de cal grasa en pasta, arenas y polvo de mármol, y si procede, pigmentos; también recibirían esta denominación algu-nos revestimientos realizados con yeso. Técnicamente, todos los estucos tienen en común el estar formados al menos por dos capas de masa magra y un repretado, que consiste en rellenar con el fratás las coqueras y eliminar los pequeños desniveles para regularizar y conseguir la planitud del paramento. El grosor final del estuco puede llegar a alcanzar los dos centíme-tros y solo tendiendo varias capas delgadas y ejerciendo presión sobre ellas con la herramienta (fratás o llana según los casos), puede lograrse la cohesión del estuco y evitar el desprendimiento. El grosor de cada una de las capas viene dado por el tamaño del grano utilizado. La granulometría varía a lo largo del proceso, y siempre se ha de comenzar con el grano grueso y utilizar las arenas de menor tamaño en las capas de acabado. El material siempre ha de ser aplicado sobre húmedo. El momento idóneo para tender una capa de estuco es cuando se ha evaporado el exceso de agua del ama-sado y la masa adquiere la firmeza y solidez suficientes para soportar una nueva aplicación. “En el argot del oficio esta situación se conoce como dejar orear o airear la masa (aixamurat en catalán), es decir, cuando al pasar la mano por encima de la superficie la masa no mancha ni se hunde, pero todavía se mantiene fresca”, apunta García. Por último, solo el empleo de materiales de excelente calidad pueden asegurar un buen trabajo de estuco: la cal en pasta ha de permanecer embalsada al menos durante seis meses, la arena ha de ser de mármol y los pigmentos resistentes a los álcalis, ácidos y rayos ultravioleta. La técnica del estuco “El estuco es una técnica artesanal hecha con cal aérea y mármol, para aristas y rincones, que requiere saber aplicarla y trabajarla bien. Hay que saber esperar y respetar el tiempo que te marca la obra. Las dificultades son esas, tener paciencia y dedicación en cada aplicación porque hay que preparar los morteros, ya que hay que adaptar cada mortero al paramento que vayamos a tener”, explica Oriol Gar-cía, estucador, licenciado en Bellas Artes y docente principal del curso El obrador: la cal. Se entiende por estuco el revestimiento continuo para acabados de paramentos interiores o exteriores, realizado con masas de cal grasa en pasta, arenas y polvo de mármol, y si procede, pigmentos; también recibirían esta denominación algu-nos revestimientos realizados con yeso. Técnicamente, todos los estucos tienen en común el estar formados al menos por dos capas de masa magra y un repretado, que consiste en rellenar con el fratás las coqueras y eliminar los pequeños desniveles para regularizar y conseguir la planitud del paramento. El grosor final del estuco puede llegar a alcanzar los dos centíme-tros y solo tendiendo varias capas delgadas y ejerciendo presión sobre ellas con la herramienta (fratás o llana según los casos), puede lograrse la cohesión del estuco y evitar el desprendimiento. El grosor de cada una de las capas viene dado por el tamaño del grano utilizado. La granulometría varía a lo largo del proceso, y siempre se ha de comenzar con el grano grueso y utilizar las arenas de menor tamaño en las capas de acabado. El material siempre ha de ser aplicado sobre húmedo. El momento idóneo para tender una capa de estuco es cuando se ha evaporado el exceso de agua del ama-sado y la masa adquiere la firmeza y solidez suficientes para soportar una nueva aplicación. “En el argot del oficio esta situación se conoce como dejar orear o airear la masa (aixamurat en catalán), es decir, cuando al pasar la mano por encima de la superficie la masa no mancha ni se hunde, pero todavía se mantiene fresca”, apunta García. Por último, solo el empleo de materiales de excelente calidad pueden asegurar un buen trabajo de estuco: la cal en pasta ha de permanecer embalsada al menos durante seis meses, la arena ha de ser de mármol y los pigmentos resistentes a los álcalis, ácidos y rayos ultravioleta.