Con estas dos premisas, se desarrollan el resto de as-pectos del proyecto para albergar el programa funcional, que ha permitido la integración total de una actividad que no deja de ser industrial, como es todo el proceso de la producción de vino (prensado, procesado, envejecimiento en botas, embotellado y encajado, almacenamiento y en-vío), con una actividad enoturística de primer nivel, en-trelazándolas y haciéndolas compatibles en el día a día. Arquitectónicamente, el nuevo edificio destaca por su bajo impacto visual exterior y su integración, tanto en el entorno como en el inmueble existente, con unos espacios que desprenden tranquilidad. Pero también, por su sostenibilidad, por su atrevimiento estructural –con unas luces de 30 m en las naves centrales, que dan respuesta a la necesidad de disponer de unos espacios lo más diáfanos posibles–, por la sobriedad de sus ma-teriales (hormigón, acero cortén, grava...) y, sobre todo, por la espectacularidad que se esconde bajo tierra, con unos espacios inimaginables cuando se contempla el edificio desde el exterior, que hacen que su visita sea una experiencia inolvidable. hormigón coloreadoEl hormigón visto está presente en los acabados de los revestimientos. Para conseguir el tono y la textura final, se llevaron a cabo pruebas con distintos tipos de hormigón.