120 cm de canto, con una luz de 25 m, y una directriz curva con pendiente hacia uno de los extremos más im-portante, y 24 tramos de losa curva, singulares respecto al resto en cuanto a geometría, curva y longitudes. Como se ha explicado anteriormente, solo el hecho de estar haciendo un hormigón visto ya es suficiente-mente delicado y es necesario un cuidado y control adi-cional en la ejecución de cualquier elemento. A este hecho, hay que añadir la dificultad de tener que trabajar sobre una cimbra de 9 m de altura que, además, no es una superficie plana (en pendiente y ligeramente cur-vada), sobre la que, una vez montada, hay que revestir con las lamas que darán la textura de acabado de ma-dera. La estructura está formada por lo que, en la obra, llamamos gajos (como una naranja o mandarina). En con-creto, 24, en el sentido del eje más corto. Cada uno de estos se hacía de una tongada de hormigonado. Esta singularidad de cada elemento, genera que se necesite un trabajo de adaptación de la geometría de la cimbra y de las bancadas de encofrado, con su correspondiente control de dicha geometría. El techo está formado por una losa maciza in-ferior, un núcleo de poliestireno expandido, de 100 cm de canto (material sobre el que también se podría hacer una tesis para explicar el proceso y los cálculos hasta encontrar el que tenía las propiedades adecuadas de ligereza, resistencia a compresión para túnelBajo la granja existente, se construye un túnel a 7 m de profundidad que conecta con el punto de inicio y final de la visita enoturística a las cavas.