El jardín como soporte urbano. El soporte del nuevo tejido urbano debía responder a esos valores, por lo que se dio el protagonismo a uno de los símbolos del suburbio: el jardín privado. Como estructura del nuevo barrio, se empleó una malla de jardines, de modo que definieran su imagen, generasen focos de intensidad en el espacio libre y sirvieran como soporte para la edifica-ción y los procesos que configuran la ciudad. En lugar de un tejido urbano prediseñado, la cuadrícula regular de jardines definía un patrón colectivo abierto a la interpre-tación individual: era posible construir alrededor de los jardines, pero no dentro de ellos. Varios actores (desde grandes empresas hasta particulares) podían colonizar esas “parcelas extrovertidas”, promoviendo la diversidad de escalas de construcción y de relaciones urbanas. Así, el jardín privado asumía un papel estructurante del proyecto. El área en la que se planificaba el nuevo barrio presentaba pequeñas estructuras de edificios y una urbanidad privatizada con vallas y setos. La pro-puesta se construía con esos símbolos –jardines, setos, edificios dispersos, etc.–, pero reensamblados en una trazado Imagen aérea de la construcción en julio de 2022 y ortofoto del área Emil-Behring Weg, en Meidling (Viena).