portada / Cavas Castillo de Perelada Otra norma a respetar es la altura de las tongadas de los muros, para evitar, sobre todo, la disgregación del hormigón (que, además, es visto) y presiones excesivas en la base en fase de hormigonado. En nuestro caso, las exigencias de la arquitectura nos llevaron a hacer muros y pilares apantallados de 9 m de altura, que se hormi-gonaron con tubo como una pantalla de cimentación (otro invento que hubo de hacerse para bajar el vibrador hasta el fondo). Los pilares apantallados, además, no tienen ningún diwidag que los atraviese, y tienen una cara vista con lamas de madera y otra lisa. También cabe destacar los muros inclinados de la nave central. Y los muros inclinados de “Garbet”, con geometría similar a la de un embudo y de hasta 7 m de altura, hormigonados de una sola pieza (y encofrados y ferrallados, también, de una sola pieza). fachada oesteEsta fachada presenta una serie de remates prefabricados.