del Sector El legado de Giorgio Armani no morirá nunca Uno de los grandes diseñadores de la alta costura italiana y considerado el creador más influyente desde Coco Chanel, falleció a los 91 años tras una prolífica carrera y después de construir uno de los emporios de la moda más sólidos del siglo XX. de una ocasión como una armadura. Ade- más, introdujo tejidos más suaves como la lana, el lino, terciopelo, el cuero fino… El objetivo —cumplido— era realzar la silueta natural y aportarle al hombre mayor movilidad. Esta comodidad y elegancia le transmitía al varón más confianza en sí mismo, pasando de simbolizar la domi- nación jerárquica —propia del ejecutivo— a una prenda de amable seducción. Un estilo tan logrado que influyó en el cine, algo que puede rastrearse en películas como American Gigolo, Los Intocables o el Caballero oscuro. Notables fueron también sus trabajos para vestir a la mujer. Siguiendo la línea emprendida en la ropa para varones, diseñó para las mujeres chaquetas suaves, sin hombreras rígidas, con tejidos fluidos, EL DISEÑADOR DE MODA y empresario accidentado. No en vano, cursó estudios apartándose de una tendencia que, más Giorgio Armani falleció el pasado 4 de de medicina —algo tan alejado de las pasa- que vestir a la mujer, la disfrazaba. Pro- septiembre, a los 91 años. Los periódicos relas— antes de pasar a los escaparates movió cierta estética andrógina con pan- de todo el mundo cubrieron la noticia del de la Rinascente, histórica cadena italiana talones impecables, paletas neutras y cor- adiós de una de las figuras más relevantes de grandes almacenes de lujo. Ahí fue tes sobrios, evitando en todo momento los del mundo de la moda. Un hombre que, donde comenzó a perfilarse como el gran adornos innecesarios, en una clara apuesta al contrario de otros diseñadores y dise- diseñador que sería en el futuro, dando por la silenciosa moderación. Vistió a ñadoras, no quiso ser un revolucionario sus primeros pasos con líneas limpias y muchos famosos, por ejemplo, a la actriz ni un provocador en las pasarelas. Fue tejidos nobles. Diane Keaton, que llevó un vestido dise- más bien un defensor del silencio y la ele- El siguiente paso sería montar su propio ñados por él en la ceremonia de los Oscar gancia, alguien que abogaba por el buen negocio con la ayuda de su buen amigo el de 1978, cuando recogió el premio a la vestir sin necesidad de llamar la atención arquitecto Sergio Galeotti, fallecido en 1985. mejor actriz por Annie Hall. con estridencias. Así, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, Giorgio Armani fue una persona pro- Armani vino al mundo en Piacenza en fue creando su propio imperio, que gozaría activa hasta sus últimos días: trabajaba, 1934, en una Italia de entreguerras en plena de independencia empresarial, ahorrán- revisaba bocetos, asistía a desfiles. Nunca reconstrucción. Desde muy pronto llegó a dose tener que seguir caminos en lo que renunció a su manera de entender la la conclusión de que la belleza se halla no creía. Y en lo que sí creía Armani era moda, obviando las tendencias o las exi- más en la proporción que en el exceso. en el traje de hombre, que reinventó y gencias ajenas a sus propios gustos. Una mirada serena la suya, lúcida, enemiga humanizó, por así decirlo, al quitarle hom- El hombre, la persona, nos abandonó del grito, que lo acompañaría durante toda breras duras, forros pesados y estructuras el 4 de septiembre, pero su legado a favor su trayectoria personal y profesional. internas que hacían de él, hasta entonces, de la elegante sobriedad en el vestir, al Su entrada en la moda tuvo algo de una prenda engorrosa, comparada en más respeto a uno mismo, no morirá nunca. 26 FORNITURAS