Temario La hombrera, emperatriz de la moda Los historiadores llaman «años perdidos» a los huecos de silencio que toda investigación minuciosa puede contener. En este artículo, nos adentramos en el insondable linaje de la hombrera, una fornitura que ha trascendido el tiempo. de un elemento que se integraría en la en abrigos, chaquetas de gala y uniformes. confección textil durante más de un siglo. Los sastres experimentaron con formas Durante este periodo, la moda inglesa y grosores, adaptando la hombrera a dis- vivía un momento de esplendor. La influen- tintos cuerpos y prendas. cia de la vestimenta deportiva y de las acti- 1910: La moda femenina adoptó esta vidades al aire libre generó chaquetas ajus- fornitura incorporándola en blusas, cha- tadas que combinaban funcionalidad y quetas y vestidos. Su objetivo era reforzar estilo. Francia, en cambio, mantenía un la silueta, acentuar los hombros y equili- enfoque más natural y sobrio, inspirado brar proporciones, dando un aire de en la filosofía de Rousseau, buscando modernidad y fuerza que contrastaba con armonía entre el cuerpo y la prenda. La los estilos más suaves del siglo XIX. introducción de la hombrera inglesa 1930-1940: Hollywood la popularizó supuso, para ambos países, un cambio como símbolo de poder y autoridad. Actri- decisivo: de la naturalidad a la elegancia ces proyectaban presencia y sofisticación estructurada, proyectando autoridad y dis- mediante chaquetas y vestidos estructu- tinción en la silueta masculina. rados, consolidando su valor como recurso de empoderamiento visual. EVOLUCIÓN HISTÓRICA 1950: Con el New Look de Christian Dior, la hombrera se combinó con cinturas A lo largo de más de dos siglos, la hom- marcadas y faldas amplias, creando un brera ha dejado su impronta en la moda, equilibrio entre fuerza y feminidad. reflejando los cambios sociales, estéticos 1980: Los blazers con hombros pro- y tecnológicos que marcaron cada época. nunciados alcanzaron su máximo esplen- 1830: Los sastres ingleses introdujeron dor, convirtiéndose en un icono del las primeras hombreras discretas en cha- vestuario corporativo y urbano. Los dise- quetas masculinas, comenzando su pre- ñadores exploraban volúmenes, reforzando sencia en la moda europea. Eran práctica- la estética y la elegancia. mente invisibles, pero lograban dar 2000 en adelante: Se reinventa con estructura y elegancia al hombro, influyendo materiales modernos como neopreno, EN LA INGLATERRA DE 1830, los sastres, en como se percibía la postura y la figura. espuma ligera y cuero, adaptándose a maestros de la elegancia masculina, 1840: Se consolidaron entre la aris- nuevas tendencias. Pasarelas internacio- comenzaron a experimentar con un acce- tocracia, apareciendo en retratos que nales y el «street style» la celebran; dise- sorio que cambiaría por completo la silueta inmortalizaban la silueta refinada de nobles ñadores como Saint Laurent, Balmain o de la chaqueta: la hombrera. Colocada y figuras influyentes. Su valor simbólico Stella McCartney la incorporan en blazers, entre la tela y el forro a la altura del hom- crecía: era un signo de estatus y buen vestidos y chaquetas femeninas, y cele- bro, aportaba un porte audaz y distinguido. gusto. bridades como Zendaya y Rihanna la lucen Su adopción marcó un cambio en la his- 1860-1880: Surgieron hombreras rec- en alfombras rojas, consolidando su posi- toria de la alta costura y sentó las bases tangulares y más estructurales, utilizadas ción como tendencia. 20 FORNITURAS