pROcesos y materiales lla. Pero esto no nos puede llevar a entender los diferentes tipos de ac-cesibilidad como compartimentos estancos, y mucho menos entender la accesibilidad como algo desligado del diseño, las estructuras, la seguri-dad. Hemos de considerar la accesi-bilidad como un hecho transversal. Parámetros de accesibilidad sensorial (como la señalización) in-fluyen directamente en la accesi-bilidad cognitiva, porque la falta de accesibilidad sensorial hace más di-fícil de percibir y de comprender el espacio. Por otra parte, continuando con las características de nuestra pro-fesión, si bien llevamos la coordi-nación general, es muy posible que nos rodeemos de un equipo multi-disciplinar que nos ayude a resolver aquellos temas con especialidad técnica. Pues bien, la ac-cesibilidad es un tema específico en el que lo aconsejable es contar con profesionales cuya especialidad se enfoca en este ámbito. La accesibilidad, como cualquier otro aspecto de la arquitectura, necesita personal técnico que sepa canali-zar los deseos y necesidades de las personas, traducirlos y darles una solución tangible. La profesión implica ese conocimiento. No obstante, no debemos perder de vista que quienes conocen realmente las necesidades son las propias personas usuarias. Por eso, en la accesibilidad es fundamental la validación por parte del público y, en la accesibilidad cognitiva, es un aspecto recogido en la nor-mativa técnica. Actualmente, la herramienta estandarizada con la que contamos, desde el punto de vista técnico, para medir la accesibilidad es el Informe de Evaluación del Edificio, con-tenido en el Libro del Edificio Existente. Esta herramienta Pasillo con las paredes del mismo color de las puertas. Foto. © Miren León Perfecto y Marcela Vega Higuera los arquitectos técnicos, por el grado de detalle de nuestro trabajo, podemos hacer mucho por mejorar la accesibilidad cognitiva