senta el sol- que le proporciona luz natural. La sala de ensayo, donde está la primera piedra que se colocó en 1905, presenta un arco semicircular de butacas, que se corresponde con la media luna del escenario de la sala de conciertos que está justo encima, se caracteriza por las grandes columnas, vidrieras y decoración de la época típica del modernismo catalán. Y la sala Lluís Millet, dedi-cada al fundador del Orfeó Català, con dos pisos de altura, está adornada con unas grandes vidrieras ornadas con motivos florales. Las viviendas. El estilo de Domènech conquistó a la burguesía, de la que recibió numerosos encargos para acometer la construcción de sus nuevas viviendas. En todas ellas introdujo las peculiares señas de su estilo. La fachada de la Casa Thomas (1895-1898) tenía una co-lumnata jónica y una azotea de dos cuerpos, uno vidriado y coronado con una crestería de hierro y el otro con un pináculo que sostenía un gran rótulo de hierro forjado. En la Casa Lleó i Morera (1902-1905), que comenzó como la reforma de una fachada y terminó siendo un edificio de nueva planta, Domènech puso el énfasis en romper la repetición de los órdenes verticales por medio del trabajo de la piedra. Fuera de Barcelona, la Casa Roura, en Canet de Mar (1891-1892), es un edificio de ladrillo visto con balcones de hierro y cubiertas de tejas vidriadas, en un estilo que recuerda la arquitectura medieval de los Países Bajos. En esa misma localidad, en 1918, Domènech inició su último gran proyecto, que concluyeron su hijo y su yerno un año más tarde: una casa familiar que hoy acoge el museo dedi-cado al arquitecto. La casa presenta una planta en forma de trapecio irregular con la fachada principal situada justo en el chaflán, que se caracteriza por su tribuna de arcos lobulados y un piñón de tímpano liso, enmarcado con la-drillos. En las fachadas laterales hay ventanas coronas de tradición gótica en una y balcones con barandilla de piedra en la otra. Es de ladrillo visto, con detalles cerámi-cos y todo el piso superior está coronado con una cornisa moldurada. Trabajos fuera de Cataluña. El genio de Domènech trascendió el ámbito catalán, dejando huella de su buen hacer en proyectos como el Seminario de Comillas, en Cantabria, o el Gran Hotel Palma de Mallorca, hoy sede del CaixaForum Palma. En Comillas, Domènech fue el encargado de finalizar el proyecto de Cristóbal Cascante i Colom, realizando algunos cambios con respecto al planteamiento inicial y, sobre todo, aplicando los métodos industriales de la construcción que había en aquella época. Él diseñó la Puerta de las Virtudes, el vestíbulo y la escalera, con sus arquerías, vidrieras, pinturas y artesonado en madera, el Paraninfo, la capilla doméstica y la iglesia, en los que aplicó un lenguaje simbolista en las formas y los elemen-tos, como columnas, retablos, arquerías, vidrieras, etc. En Palma, Domènech integró materiales como el hierro forjado, y utilizó una profusa decoración floral y zoomorfa, sobre todo en arcos, balcones, capiteles y ventanales. También aplicó revestimientos de cerámica policromada de influencia hispanoárabe. Pero, en este proyecto, lo más destacado fueron las innovaciones, con las que Domènech se acercó a nuestra época: el Gran Ho-tel producía su propia electricidad gracias a unos equipos de baterías de acumuladores que daban luz a cuatrocien-tas cincuentas bombillas incandescentes con diez arcos voltaicos. El legado. Además de por sus edificios, Domènech trans-mitió su saber gracias a su papel como profesor en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Por sus clases pasaron, entre otros, Antoni Gaudí Josep Puig i Cadafall o Josep Maria Jujol, herederos de un saber hacer y un estilo único. • domènech transmitió su saber a alumnos como gaudí o puig i cadafalch cultura / Lluís Domènech i Montaner