Cambio climático / urbanismo España avanza hacia la neutralidad climática dades durante el verano), son las comunidades pobres, con bajos ingresos, que habitan en estructuras poco es-tables y en áreas susceptibles a las inundaciones y los desprendimientos de tierras las más afectadas por los rigores del clima. Como apunta un informe del grupo de divulgación del clima (CDP) del Foro Económico Mundial, cuatro de cada cinco ciudades del mundo deben hacer frente a peligros climáticos como el calor extremo, las fuertes lluvias, la sequía y las inundaciones que, según las previsiones, aumentarán en intensidad y frecuencia para 2025, mientras que una de cada tres se enfrenta a amenazas climáticas tan graves que afectarán al menos al 70% de su población. Además de las escasas condiciones económicas, y como apunta el citado informe de la Universidad de Zúrich, los cascos históricos de nuestras urbes se construyeron teniendo en cuenta unas condiciones de precipitaciones y temperaturas que ya no son como antes y no están preparados para enfrentar un shock climático. Para empezar a combatir este problema, la planificación se convierte en un arma poderosa para conseguir que las ciudades se adapten a los cambios climáticos. “La enorme huella de carbono creada por nuestras ciudades es el re-sultado de una mala planificación y diseño”, argumentaba, en 2019, Maimunah Mohd Sharif, directora ejecutiva de ONU Habitat. En España, según informaciones proporciona-das por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), más de 32 millones de personas sufren de manera di-recta las consecuencias del cambio climático. El in-forme 365 días en un planeta que se calienta, elaborado por Climate Central (grupo formado por científicos y comunicadores que investigan e informan de los he-chos sobre nuestro clima cambiante y cómo afecta la vida de las personas), pone de manifiesto cómo el cambio climático provocado por el hombre afectó a las temperaturas medias diarias de ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza entre el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022. En este mismo sentido, la cuarta edición del informe PESETA (Impacts of climate change in human health in Eu-rope), realizado por el Joint Research Center (JRC) en 2020, indica que España se encuentra dentro de los paí-ses que más puede sufrir los efectos del cambio climático. Buenos planeamientos. En 2014, el entonces director ejecutivo de ONU-Habitat apostaba por el desarrollo ur-bano compacto como forma de lucha contra la contamina-ción y el cambio climático, una idea ya avanzada en 1961 por la urbanista Jane Jacobs, que, en su libro Muerte y vida de las grandes ciudades, utilizaba el término de ciudad multifuncional, compacta y densa, donde la calle, el barrio y la comunidad eran vitales en la cultura urbana y para fomentar la calidad de vida. En definitiva, unas metrópolis cercanas al moderno concepto de la ciudad del cuarto de hora que, en 2021, defendía la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, según el cual el ciudadano puede acceder a los servicios esenciales para su modus vivendi a 15 minutos a pie o en bicicleta. “Dado el destacado papel de las ciudades como cen-tros de innovación y creatividad, también esperamos que nos proporcionen respuestas. Las soluciones e innovacio-nes en los sectores de energía, construcción, movilidad y planificación de las ciudades tienen el potencial de reducir considerablemente las emisiones. Las ciudades bien dise-ñadas, compactas, transitables y con un buen sistema de transporte público reducen en gran parte nuestra hue-lla de carbono per cápita y son esenciales para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de los cuales la acción climática constituye una parte fun-damental”, afirmaba Maimunah Mohd Sharif en 2019. En este mismo sentido también abunda Lara Lázaro Touza, investigadora del Real Instituto Elcano, en su análisis so-bre Ciudades y cambio climático. Retos, oportunidades y experiencias: “Las zonas multifuncionales en las que hay servicios, zonas residenciales, oficinas, etc., pueden ayu-dar a reducir el número de desplazamientos por carre-tera, uno de los factores más relevantes de las emisiones de GEI en las ciudades”. Los responsables de las grandes urbes de todo el planeta –en las que vive uno de cada 12 habitantes del mundo– ya están implementando políticas para reducir la contaminación del aire. Hace más de una década, se creó el Grupo de Liderazgo Climático (conocido como el C40), con el objetivo de liderar el tránsito hacia un futuro más saludable mediante la adopción de medidas de movilidad sostenible, de reducción de emisiones en la construcción o de adaptación de infraestructuras ya existentes para intentar revertir el cambio climático y conseguir ser neu-trales en carbono antes de 2050. En la actualidad, este grupo lo forman 96 ciudades de todo el mundo (Madrid y Barcelona, entre ellas) que han suscrito una serie de com-promisos contra la crisis climática, como la apuesta por el uso de materiales de construcción más sostenibles frente al empleo de otros con altas emisiones, la mejora de la calidad del aire o las políticas para estimular una dieta más saludable entre sus ciudadanos. Con la adopción de estas medidas, las ciudades van a tratar que el aumento de la temperatura global a final de este siglo no llegue a los 2 ºC. Además, en la última cumbre de este grupo, ce-lebrada en de octubre de 2022, mostraron su unión para impulsar la creación de 50 millones de empleos verdes para 2030, que ayudarán a crear comunidades más sanas y justas, con economías rejuvenecidas, menor desempleo y lejos de los combustibles fósiles que han exacerbado la pobreza energética en todo el mundo. En España, la Red Española de Ciudades por el Clima, que aglutina a más del 60% de la población de nuestro país, ha elaborado una Guía metodológica para la aplicación en el planeamiento urbano de herramientas para su adapta-ción al cambio climático, en la que recogen una serie de medidas para transformar nuestras ciudades, que hacen referencia tanto al planteamiento de nuevos desarrollos urbanos como a la adaptación de los existentes y a la re-generación de los barrios. Partiendo de la base de que “los modelos estrictamente funcionalistas que caracterizaron una gran parte del urbanismo del siglo XX, basados en la zonificación, es decir, la separación estricta de funciones y usos urbanos en grandes zonas monofuncionales, se basaban de forma implícita en la abundancia de energía barata para asegurar el desplazamiento rápido entre unas y otras zonas a grandes velocidades, ya que, cuando se concibieron, este era el escenario que parecía deseable y posible”, este documento propone una serie de reco-mendaciones para revertir la situación actual, entre las que figuran el evitar el crecimiento urbanístico en zonas alejadas del núcleo urbano consolidado, optando por un modelo de concentración de población, infraestructuras y servicios; evitar la proliferación de grandes espacios monofuncionales alejados del centro para evitar el uso masivo del transporte privado; recuperar los suelos en desuso localizados en el centro urbano, que cuentan con una dotación de servicios consolidada; buscar alternati-vas para aquellos desarrollos urbanos que hayan quedado sin finalizar, especialmente aquellos espacios en los que se hayan colocado las infraestructuras urbanas pero no se hayan llegado a construir los edificios; o definir las zonas de riesgo frente a fenómenos climatológicos intensos en las nuevas zonas a ordenar y estudiar el coste-beneficio de construcción de defensas y de traslado. La tecnología, al rescate. A lo largo del mundo, son mu-chas las iniciativas tecnológicas que se están llevando a cabo para hacer de las ciudades unos espacios más habi-tables, desde la creación de gemelos digitales para reducir las emisiones de CO2 y mejorar el entorno construido (es el caso de Las Vegas y Los Ángeles, en Estados Unidos), al uso de materiales como los ladrillos de abejas para fo-mentar la diversidad. Otras novedades de las que también se está hablando para frenar el cambio climático son los techos inteligentes que capturan el agua en una capa es-pecial en los tejados planos, evitando así las inundaciones urbanas y liberando posteriormente el agua para enfriar los edificios durante los periodos de calor excesivo; los mi-nibosques urbanos que promueve la ONG SUGi, con los que, aseguran, capturan 16 veces más carbono que con los métodos tradicionales de reforestación, o los bloques impresos en 3D que imitan los hábitats marinos naturales y pueden ayudar a limitar inundaciones urbanas provo-cadas por la subida del nivel del mar. Dentro del marco del proyecto LifeWatercool, de la Unión Europea, en Sevilla se está impulsando una nueva aplicación en 3D que permite a los expertos en urbanismo planificar, modelizar y modificar determinadas áreas de una ciudad, aplicando cálculos, introduciendo elementos urbanísticos o de parques y jardines, con el objetivo de contrastar los resultados finales para conseguir ciuda-des más sostenibles. Porque, tal y como señaló Andrew Steer durante su mandato al frente del Instituto de Re-cursos Mundiales, “la batalla contra el cambio climático será ganada o perdida en las ciudades”. Y será una batalla en la que la tecnología transformadora tendrá un papel protagonista. • España avanza hacia la neutralidad climática El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha puesto en marcha la denominada Plataforma de Colaboración para la Neutralidad Climática de las Ciudades Españolas, una iniciativa para ayudar a las ciudades españolas a convertirse en climáticamente neutras en 2030. La plataforma se plantea como una infraestructura de acción pública y está orientada a prestar servicios a las localidades para facilitar y acelerar su transición hacia la descarbonización y la resiliencia. De este modo, la plataforma tendrá como principales beneficiarios a los ayuntamientos de las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes o capitales de provincia que tengan la voluntad de alcanzar la neutralidad climática total o parcialmente en 2030. Además, ofrecerá servicios de formación y acceso a la información a las ciudades de más de 20.000 habitantes. La plataforma desarrollará iniciativas de formación, aprendizaje y fortalecimiento de capacidades y de facilitación de procesos de participación y activación ciudadana. Prestará apoyo y dará acompañamiento a las ciudades en la búsqueda de fórmulas de financiación y atracción de recursos financieros en sus territorios. También proporcionará apoyo al diseño de carteras de proyectos transformadores de mitigación y adaptación al cambio climático. EIT Climate-KIC estará a cargo del funcionamiento de la plataforma, en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que contribuirá con su conocimiento técnico en neutralidad climática y en modelos de organización colaborativos en el marco de la transición ecológica. Junto con estas instituciones, la Oficina Española de Cambio Climático y la Fundación Biodiversidad, ambas del Miteco, integran el Consejo Supervisor de la iniciativa. A través de la Misión Europea de Ciudades de la Comisión Europea y de su proyecto de implementación, NetZeroCities, que coordina EIT Climate-KIC, se favorecerá una conexión especial con otras ciudades europeas pioneras en la materia, y con otras plataformas ya existentes como Viable Cities en Suecia o las que se están desarrollando en otros países como Austria, Francia, Grecia, Holanda e Italia. Igualmente, se facilitarán las sinergias con la Misión de Adaptación Climática de la Comisión Europea, para hacer de Europa un continente más resiliente. Además, esta plataforma es complementaria y se coordinará con otras desarrolladas en el ámbito de las redes de ciudades –como, por ejemplo, la Red de ciudades por el clima de la Federación Española de Municipios y Provincias, ONU-Habitat, o la red INNPULSO–, a las que aportará un espacio de diálogo y acción colaborativa entre los sectores público, privado y social para las ciudades españolas en el camino hacia la neutralidad climática. Entre los servicios que ofrece la plataforma, está el acompañamiento para el diseño e implementación de actuaciones simultáneas en varias ciudades españolas con el objetivo de facilitar el intercambio de conocimiento entre ellas, y así acelerar el aprendizaje y escalar las iniciativas. Para ello, se impulsará, entre otros, la rehabilitación energética masiva de viviendas el desarrollo de sandbox regulatorios y la creación de una aceleradora climática.