pROcesos y materiales nes se convierten en los lugares idóneos para ello. Se trata de crear microespacios correctamente organiza-dos para que, con independencia de las capacidades o discapacidades de los pequeños, puedan jugar y disfru-tar en grupo y aprender a convivir en igualdad. No hay nada más satisfactorio que ver la cara de felicidad de un niño o una niña cuando sabe que va al parque a disfrutar al aire libre, a interactuar con otros niños sin las atadu-ras que imponen los horarios y las normas de las rutinas del día a día. Un parque que permite el acceso, utilizar los juegos y columpios acorde a los diferentes gustos y necesidades y posibilita la interacción con otros niños y niñas garantiza la diversión y, por ende, la felicidad. Con la actividad física que se realiza mientras se juega se li-beran endorfinas, que son las hormonas encargadas de la felicidad, y eso repercute en el buen estado de ánimo. Por el contrario, los niños y niñas con discapacidad que llegan a un parque y no pueden usar los columpios, in-cluso entrar en el propio recinto, generan un exceso de cortisol, causante de estados de estrés y ansiedad, que les lleva a una situación de decepción y ansiedad. construir un parque infantil no es solo acondicionar un espacio con columpios atractivos Los colores y los diferentes materiales utilizados en un parque infantil fomentan la estimulación sensorial de los niños que los disfrutan mientras juegan.