Jardines verticales / cultura tratarse de un sistema hidropónico, el metabolismo de la planta es un 30% más rápido y tiene un 30% de potencial de filtración de gases versus un cultivo tradicional”, afirma Ignacio Solano. Para plantear sus jardines trabajan “con una fachada ventilada o con un muro cortina, de modo que generamos una cámara de aire entre la pared y el sis-tema hidropónico protegiendo a la primera y generando un espacio susceptible de servir de aislamiento acústico y térmico. Ese paramento vertical es un elemento en el que desarrollamos los principios de la permacultura que ya conocían los aztecas”, añade Solano. Cómo seleccionar las plantas. El trabajo de campo de observación de las especies y su desarrollo en la natura-leza es fundamental para elegir los vegetales que con-forman estos muros. “El criterio básico es buscar plantas que se desarrollan en condiciones de verticalidad y estrés hídrico, que crecen en las quebradas o en las grietas de las piedras. Pero la naturaleza también nos sorprende y plantas de cultivo tradicional se adaptan muy bien en los muros”, señala Solano, que recuerda que “para el proyecto de Bogotá estuvimos dos meses en la selva del Chocó buscando plantas que pudiéramos poner en la ciudad”. Jardines patrios. Madrid y Barcelona se disputan el ho-nor de ser el primero en contar con un jardín vertical en sus calles. En 1978, Everest Munné diseñó un proyecto innovador en aquel momento para la sede de la editorial Planeta, en Barcelona, mediante una serie de cinturones de jardineras, que se extienden unos 3.800 metros y que revisten completamente el inmueble, en las que crecen más de 12.000 plantas procedentes de todo el mundo. El muro vegetal situado en el número 16 del paseo del Prado, instalado en 2007 en la explanada del Caixa-Forum Madrid, tiene el honor de ser el jardín vertical de mayor superficie continua del mundo. Ideado por Patrick Blanc, ocupa una superficie de 460 m2, cubierta por más de 15.000 plantas que se asientan sobre una manta húmeda. Por su parte, CaixaForum Valencia presume de tener el jardín vertical interior más grande de Europa. Con una superficie de 700 m2, es obra de Ignacio Solano, quien lo define como “una obra de arte viva de 360º que está en constante cambio”. Sus más de 20.000 plantas, de 150 es-pecies, ayudan a producir el oxígeno necesario para 650 personas, permiten captar 85 kg de polvo al año, filtrar 433 toneladas de gases nocivos al año y atrapar 140,15 kg de metales pesados. Mundo verde. Milán es una de las ciudades que más ha apostado por los muros vegetales. El más conocido es el Bosco Verticale, un edificio residencial obra del Estu-dio Boeri. Sus dos torres, de 80 y 112 metros de altura, respectivamente, albergan 800 árboles, 11.000 plantas perennes y 5.000 arbustos, que ocupan una superficie de 1.500 m2. Algo más pequeño (1.263 m2) es el jardín vertical del Centro Comercial Il Fiordaliso, también en Milán, proyec-tado por Francesco Bollani. Está compuesto por 44.000 plantas, entre las que se encuentran árboles de hoja pe-renne y flores. También llamativa es la fachada del Museo Quai Branly, en París, diseñada por Patrick Blanc en 2004 y re-novada completamente en 2018. Formando una especie de tapiz de musgos en la superficie de una roca, las más de 15.000 plantas dispuestas en 800 m2 sobre una lámina de PVC y fieltro recubren la pared, obteniendo el agua a través de un circuito en el que se aportan los nutrientes que necesitan los vegetales. Instalación. “Cualquier edificio puede acoger un jardín vertical”, asegura Ignacio Solano. Porque, a pesar de su-poner una inversión más costosa que la de una jardinera tradicional, por los elementos de soporte de estructura y de domotización, al ser totalmente automático, “tiene múltiples beneficios: estás habilitando un espacio que no sería útil de ninguna manera, tiene ventajas fiscales y el mantenimiento, una vez realizada la inversión en equipa-miento técnico, es muchísimo más barato que el de otros jardines”. • Mirando al futuro Hasta el próximo 3 de octubre, el Vitra Design Museum (en Weil am Rhein, Alemania) acoge la exposición Gar-den Futures. Designing with Nature, una muestra exhaus-tiva sobre la historia y el futuro del jardín moderno que se pregunta por las ideas y visiones que han determina-do nuestro concepto actual de un jardín ideal y qué pue-den aportar los jardines a un futuro que valga la pena vivir. Desde los jardines con un significado filosófico y religioso a los huertos urbanos, pasando por los diseños artísticos realizados en este siglo por paisajistas como Roberto Burle Marx, Piet Oudolf, Jamaica Kincaid, De-rek Jarman o Zheng Guogu, la exposición concluye con el análisis de los espacios naturales propuestos por Alexandra Kehayoglou, como lugares de curación, que también ayudan a sensibilizar sobre la amenaza que su-pone el cambio climático. Patrick Blanc ante uno de sus jardines en Kuala Lumpur. © Patrick Blanc Rainforest Chandelier (centro comercial EmQuartier, Bangkok) © JGuillaume Payen/Anadolu Agency via Getty Images