NUESTRA SIDRA DORADA Comarcas DIVERSIDAD EMBOTELLADA La variedad de manzana que primero se empezó a cultivar en Gran Canaria es la reineta (1858). Su culti-vo se inicia en Valleseco, como fórmula para rentabi-lizar tierras baldías. El éxito de este cultivo llegó a convertirla, bien avan-zado el siglo XX, en uno de los productos que más presencia tenía en su comercialización, pero sufrió un declive porque las manos que los cuidaban, cada vez eran menos. Y no fue hasta 2010, con el apoyo del Ayuntamiento de Valleseco, que vio la luz una pequeña sidrería (la primera de Canarias) bajo el nombre Gran Valle que hizo reavivar la producción de manzana y su comer-cialización, transformada. Desde entonces, los agricultores y la administración pública local van de la mano en el em-peño de poner en valor los productos que se extraen de esta manzana. La producción comenzó con 3.000 litros y 9.000 manzanos. El impulso que ha supuesto desde los inicios hasta hora, ha hecho que la sidrería ha cuadruplicado el número de man-zanos en la isla y ha despertado un interés y profesionalización del sector de la sidra y el vinagre, que estos productos han sido galardonados internacionalmente: es el caso de El Lagar de Valleseco, que fue nombrada “Mejor sidra del Mundo” en el certamen internacio-nal Les Sidras. Es tal la devoción que se vive en Valleseco con este cultivo que desde 1974 se celebra la fiesta de la manzana. Incluso se han tendido puentes con Asturias a través de un hermana-miento con el pueblo de Sariego. Además, agricultores y técnicos municipales se han des-plazado hasta Villaviciosa para verificar la calidad de la sidra Gran Valle, donde consideren que tiene una excelente calidad y un sabor peculiar. El cultivo de la manzana y la producción de sidra se centra en el municipio de Valleseco que, a pesar de su nombre, nada tiene que ver con su paisaje: naturaleza abrumadora y fértiles campos.