Informe económico y financiero #29 | A debate 30 En Colombia, la publicación masiva de datos ha permitido el desarrollo de un modelo que predice qué tipos de contratos tienen mayor probabilidad de acabar en fraude, pero también en incumplimientos o en retrasos. Combatir la corrupción Los datos masivos también pueden utilizarse para combatir problemas tradicionalmente complicados como la corrupción o el fraude en la contratación pública. El reto de esta clase de temas es que son invisibles: si la corrupción sale bien, nadie se entera. Pero los datos pueden ayudarnos a encontrar patrones. Ante la inminente llegada de los fondos europeos de recuperación, Pablo Fernández-Vázquez proponía usar datos masivos de contratación pública para combatir la corrupción en España. Estos datos permiten desarrollar indicadores a nivel muy micro de "riesgos de corrupción". En Colombia, la publicación masiva de datos ha permitido el desarrollo de un modelo que predice qué tipos de contratos tienen mayor probabilidad de acabar en fraude, pero también en incumplimientos o en retrasos. En Brasil, por ejemplo, se realizan auditorías aleatorias a municipios para verificar el buen uso de fondos federales. Esto contribuye a reducir la corrupción. Un municipio auditado tiene una probabilidad de volver a delinquir ocho puntos inferior a los no auditados. Pero un beneficio adicional de las auditorías es que sirven para tener una muestra aleatoria de corrupción, que después podemos utilizar para aprender cómo detectarla o combatirla. En España ya se están poniendo en marcha iniciativas similares. La asociación Civio examinó miles de contratos de las administraciones públicas y encontró muchos casos donde se habían troceado para ser adjudicados a dedo. La práctica no es una prueba definitiva de corrupción, pero ese tipo de "señales de alerta" son útiles. Se pueden desarrollar algoritmos que las detecten y apunten contratos, contratistas o instituciones sospechosas, que luego pueden ser investigadas por Tribunales de Cuentas o las fiscalías anticorrupción. Focalizar los esfuerzos en casos con probabilidad alta de corrupción puede ayudar a mejorar la eficacia del sistema. Hacerle la vida más fácil al ciudadano Cruzar datos administrativos también tiene utilidades más mundanas, pero igual de importantes, como hacerle la vida más fácil al ciudadano. En España, como en muchos otros países, solicitar ayudas o inscribirse en programas con frecuencia exige rellenar decenas de formularios, buscar documentación y hacer múltiples visitas o llamadas a cada agencia. La ironía de todo esto es que la información que nos pide la Administración (copias del DNI, partida de nacimiento) a menudo la produce la propia Administración. Pero el coste de encontrarla recae en el ciudadano. Si no estuviésemos acostumbrados a que sea así, nos parecería absurdo (porque lo es). Conectar diferentes sistemas administrativos puede transferir parte de este coste a las burocracias y hacernos la vida más fácil a todos. En el estado de Minnesota, por ejemplo, Code For America ha desarrollado una plataforma única para solicitar ayudas estatales sin tener que repetir el proceso para cada programa distinto. En vez de lidiar con varias webs u oficinas distintas, la plataforma nos permite reducirle el coste de los trámites tanto al ciudadano como a la Administración. Esta clase de cambios le puede ahorrar muchísimo tiempo y recursos a la población con menos ingresos, que son a día de hoy los que más horas pasan esperando para todo tipo de trámites. Estas soluciones son especialmente útiles en tiempos de crisis. Por ejemplo, en Estados Unidos se utilizó a la agencia encargada de la recaudación de impuestos (el IRS o Internal Revenue Service) para distribuir los cheques de estímulo de la COVID-19 porque la principal prioridad era que el dinero llegara lo antes posible a la población. El IRS partía con la ventaja de tener los datos fiscales (y bancarios) de millones de americanos que habían declarado ingresos el año anterior, lo cual permitió al Gobierno distribuir los estímulos sin necesidad de ningún trámite intermedio. Para aquellos que habían declarado sus impuestos de forma electrónica, el dinero llegó en cuestión de días (no así para muchos que tuvieron que recibir cheques físicos, lo cual demuestra la importancia del tema). Conclusión El mensaje que queremos enviar es que las administraciones ya tienen en sus manos datos masivos, y tendrán cada vez más, que se pueden usar para mejorar la vida de los ciudadanos. No hemos dicho nada sobre las dificultades del proceso, ni sobre las garantías necesarias, aunque son asuntos importantes. Pero antes de pensar en eso hay que dar un paso atrás. Si queremos instituciones que hagan un uso virtuoso de la ciencia de datos, lo primero es reconocer que esos usos existen. El segundo paso es una tarea que las administraciones tienen por delante: encontrar quién hará todo esto. Es posible que haya que crear nuevas organizaciones expertas en gestión de datos. Y es seguro que habrá que reclutar un personal que ahora mismo la mayoría de gobiernos no tienen entre sus filas: expertos en gestión de información, estadísticos, científicos de datos y analistas, visualizadores y buenos comunicadores. Poner en pie estos organismos y atraer gente con ese perfil será un reto en sí mismo, así que mejor ponerse cuanto antes ● Cruzar datos administrativos también tiene utilidades más mundanas, pero igual de importantes, como hacerle la vida más fácil al ciudadano.