12 Informe económico y financiero #29 | Nota de coyuntura Como en la crisis de 2008, han sido los trabajadores con contratos temporales, mayoritariamente jóvenes, los que han soportado la peor parte en el ajuste del empleo durante la crisis. Economía española Impacto desigual y principio de la recuperación España ha sido uno de los países europeos más afectados por la pandemia de la COVID-19, tanto en términos de incidencia epidemiológica y exceso de mortalidad como de actividad económica destruida durante el conjunto del año 2020. En concreto, la caída del PIB que ha experimentado España en este último año ha sido de un 10,8%, una cifra que supera la caída sufrida por otras economías europeas como Francia (7,9%), Alemania (4,8%) y, en menor medida, Italia (8,9%). Esta mayor caída relativa de la actividad registrada en España en 2020 se explica principalmente por una mayor exposición al sector servicios, en particular al turismo y la restauración, y una estructura empresarial muy sesgada hacia la pequeña empresa. Asimismo, la fuerte incidencia relativa de la pandemia en la primera ola propició una desescalada más larga y, más tarde, las dificultades para controlar el número reproductivo del virus resultaron en un repunte de la pandemia desde finales de verano, que en buena medida lastró la recuperación económica de los sectores abiertos al público y más duramente afectados por el confinamiento. Como explorábamos en el último Informe económico, el impacto de la pandemia ha sido muy desigual entre sectores, empresas, trabajadores, edades, tipos de contrato y género. Entre sectores, los más afectados han sido aquellos que, por su actividad, necesitaban de un trato de cara al público y tenían una menor capacidad para adoptar el teletrabajo. Asimismo, las empresas pequeñas, por lo general menos digitalizadas y con menor margen financiero, también tuvieron un peor desempeño respecto a las empresas grandes durante 2020 y no solo por una cuestión de composición sectorial: como muestra el Gráfico 3, dentro de los mismos sectores, las pequeñas empresas con menos de 10 empleados sufrieron una caída de la facturación, mientras que las grandes empresas vieron como esta crecía respecto a finales de 2019. El impacto heterogéneo por sectores también puede verse en la estimación que realizó el Banco de España de porcentaje de empresas insolventes con datos de finales de 2020: mientras que para el total de empresas esta cifra no superaba el 20% en ninguna de las estimaciones del organismo, para el sector de la hostelería y los vehículos a motor podía llegar a superar el 30%, dependiendo del escenario que se considerase. El impacto de la crisis por edades ha sido especialmente heterogéneo y ha contribuido a aumentar las brechas de empleo por grupos de edad que ya existían antes de la pandemia y que son características del mercado laboral español. Como en la crisis de 2008, han sido los trabajadores con contratos temporales, mayoritariamente jóvenes, los que han soportado la peor parte en el ajuste del empleo durante la crisis, ya que, además, han quedado en general excluidos de las medidas de protección al empleo como los ERTE, que se han centrado en trabajadores con contrato indefinido. Concretamente, un 15% de los trabajadores jóvenes de entre 20 y 24 años perdió su empleo durante 2020, frente a tasas cercanas a cero o incluso positivas para los trabajadores mayores de 45 años. La evolución de los trabajadores en ERTE, facilitada a nivel diario por la Seguridad Social, permite un seguimiento muy detallado de la crisis desde su comienzo. Durante abril de 2020, en pleno confinamiento, el número de trabajadores en ERTE alcanzó su máximo, superando los tres millones y medio de trabajadores, pero descendió rápidamente durante los meses de verano a medida que las restricciones se levantaban, hasta situarse en el entorno de los 600.000 trabajadores, concentrados sobre todo en el sector de la hostelería y el comercio minorista. A partir del mes de agosto de 2020, la reducción de los trabajadores en ERTE se detiene en seco y llega incluso a aumentar en el transcurso de la segunda y tercera ola de la pandemia, durante otoño de 2020 y los primeros meses de 2021. Sin embargo, a partir de febrero de 2021 y a medida que avanza el proceso de vacunación puede observarse cómo el número de trabajadores en ERTE vuelve a descender con fuerza desde casi un millón trabajadores a 500.000 cuatro meses después, marcando una tendencia que, casi con toda seguridad, continuará durante el verano señalando el comienzo definitivo de la recuperación económica. Esa misma tendencia positiva se observa en el gráfico-resumen de indicadores de actividad de alta frecuencia, que nos permite capturar la evolución de la recuperación económica en los últimos meses. El mapa se divide en cinco categorías con diversas métricas: vivienda, actividad, movilidad, turismo y empleo. En el gráfico, la línea roja señaliza el nivel de menor actividad referente al periodo de confinamiento y la línea negra, el nivel pre-COVID: de este modo, cuanto más al exterior se sitúa un indicador, mejor se valora en términos de actividad. La mayor caída relativa de la actividad registrada en España en 2020 se explica principalmente por una mayor exposición al sector servicios, en particular al turismo y la restauración, y una estructura empresarial muy sesgada hacia la pequeña empresa.