29 Informe económico y financiero #29 | A debate Los hijos de hogares con escasos recursos que se criaron en algunas ciudades de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona tienen hoy rentas por encima de la media española. También vimos el éxito de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona. En los años setenta y ochenta muchos municipios del extrarradio de Madrid y Barcelona se convirtieron en grandes ciudades formando dos áreas metropolitanas. Multiplicaron su población con personas venidas de otras provincias buscando oportunidades. Y es posible que lo hayan logrado: los hijos de hogares con escasos recursos que se criaron en esas ciudades tienen hoy rentas por encima de la media española. El efecto es muy claro alrededor de Barcelona: L’Hospitalet, Sabadell, Badalona y Terrassa son cuatro de las cinco ciudades de España donde más han avanzado las rentas de los hijos de hogares con rentas bajas (inferiores al promedio). La tercera posición es para Coslada y en el top 16 nacional están también Getafe, Fuenlabrada, Leganés, Alcalá de Henares, Alcorcón y Torrejón de Ardoz, todas de los alrededores de Madrid. En nuestro trabajo con el Atlas apenas tocamos la punta del iceberg. No teníamos series largas para seguir a los niños una vez eran adultos, ni información para observar el ‘efecto mudanza’ de cambiarse de un barrio a otro. Además nos faltaban cifras de familias muy pobres si no hacían declaración. Pero el potencial de esta fuente nos parece evidente. Sería extraordinario por informativo poder investigar las ‘islas de oportunidad’, vecindarios humildes que funcionaron especialmente bien, indagar el ‘efecto micro’ de tener un mejor colegio en tu calle o una línea de metro cerca de casa. Otros cruces masivos para reducir la desigualdad Hemos hablado de datos geográficos, porque son potentes y visibles. Pero podemos pensar en otras aplicaciones basadas en cruces masivos de datos administrativos, persona a persona. De nuevo es útil revisar los trabajos del equipo de Raj Chetty, que cruzó censo, rentas y el registro de la oficina de patentes para crear una base de datos con un millón de inventores. Descubrieron que inventar es cosa de ricos: entre los hijos de hogares del 5% rico de Estados Unidos hay tantos niños inventores como entre el 50% de hogares pobres. Habrá un montón de “Einstein perdidos” en familias pobres, entre minorías y, en general, entre las niñas. También comprobaron que la geografía importaba (una vez más). Entre los niños que se mudaron a ciudades con más inventores, más innovadoras, acabó habiendo más patentes. En otro trabajo, el equipo de Chetty cruzó las bases de datos de los egresados de las mejores universidades del país con las rentas de sus hogares de origen. Los resultados tampoco fueron sorprendentes: un hijo del 1% más rico de Estados Unidos tiene 100 veces más probabilidades de ir a Harvard que un niño del 20% pobre. Son resultados previsibles –aunque la magnitud es llamativa–, pero no dejan de ser útiles. Al conseguir los datos hemos convertido una intuición en una medición y eso abre muchas posibilidades. Quizás decidimos que vamos a monitorizar esa variable en el tiempo, por ejemplo, o asegurarnos de que las becas efectivamente funcionan. Esto precisamente es lo que hicieron Susan Dynarski y sus colaboradores. Sabían que en Estados Unidos los estudiantes de bajos ingresos tienen una probabilidad menor de solicitar plaza (y matricularse) en universidades selectivas que los estudiantes de familias ricas, incluso a igualdad de resultados académicos. Esos jóvenes de familias pobres podrían ir perfectamente, pero muchos ni siquiera lo intentan, porque tienen menos información sobre el proceso, o porque piensan que las universidades selectivas les saldrán más caras (cuando no es así). Dynarski convenció a la universidad pública del estado de Michigan para hacer un experimento: localizaron a 2.000 estudiantes de bajos ingresos pero alto nivel académico y les enviaron una carta informándoles de que si solicitaban plaza y los aceptaban, tendrían una beca de cuatro años para estudiar de forma gratuita. Bastó hacer eso para que las solicitudes entre estos niños se dispararon del 26% al 68%, doblándose las matriculaciones en la Universidad. Esta acción de Michigan es muy sencilla, pero habría sido imposible sin cruzar varias bases de datos administrativas, lo que sirvió tanto para identificar los problemas (la brecha entre estudiantes ricos y pobres), como para solucionarlos (enviando las cartas que acabaron sirviendo para reducir esa misma brecha). Madrid Valencia Un detalle del Atlas de los alrededores de Barcelona, donde se ve el éxito relativo de su extrarradio Rentas en 2016 de los hijos que se criaron en hogares de renta mediana en las zonas de Chamberí, Tetuán (Madrid) y en la zona norte del Marqués del Turia (Valencia)