Situado en una encrucijada urbana, encuentro de los arrabales de la ciudad histórica y de los barrios del Molinillo, Capuchinos, Segalerva y Ciudad Jardín, el conjunto arquitectónico que acoge la nueva oficina de Cruz Roja re-sume la complejidad de una ciudad caleidos-cópica como Málaga. La arquitectura ha de comprometerse doblemente. De un lado, debe garantizar la viabilidad de una idea al traducir a la construcción la finalidad a que se debe el proyecto. De otro, ha de aportar a la ciudad una pieza que se incorpore respetuosamente a la trama urbana. En los albores del siglo XXI, el concepto de sostenibilidad se consolida como algo más que una moda pasajera. Si nues-tros hábitats urbanos han de renaturalizarse, el trabajo ha de incorporar, en consecuencia, nuevas funcionalida-des adaptadas a las necesidades de cada campo y ofrecer espacios fluidos y versátiles, idóneos para una fácil adap-tación a ese cambio. adaptación Este nuevo edificio se ha concebido para que pueda adaptarse a las necesidades cambiantes de sus ocupantes. el edificio portada / Cruz Roja Málaga