Un edificio pasivo reduce hasta un 90% el gasto de energía. En el caso de la rehabilitación, esta reducción puede ser hasta de un 85% En los últimos años se ha experimentado un aumento en el uso de la metodología BIM por parte de los pro-yectistas. Esta situación se acompaña en paralelo de una gran variedad de sistemas industrializados que han ido apareciendo. La precisión de los sistemas, así como su certificación y garantía de prestaciones, es el entorno más adecuado para que el uso de las meto-dologías BIM pueda experimentar un proceso que se parece más a la construcción de una obra de manera digital que a la generación de documentos gráficos. Trabajar con metodología BIM y sistemas industria-lizados que cuentan con un elevado nivel de digitaliza-ción, como es el caso de Thermochip, implica desarro-llar un proceso de “construcción virtual” en el que se traslada el trabajo de dirección de obra a las fases de desarrollo de proyecto. Las tradicionales reuniones de “dirección de obra” ocurren ahora durante el proceso de construcción di-gital. Esto es el resultado de nuevos entornos digitales: con reuniones online entre estructurista, constructor, proyectista y fabricantes; o modelos que se encuentran en la nube y a los que cada agente va añadiendo, in-corporando y verificando información. En este sentido, empresas como Thermochip dan respuesta con sol-vencia a estos entornos a través de su oficina técnica. Todo este proceso de construcción digital supone un cambio en los tiempos y control de la documenta-ción. Los proyectistas pasan de realizar planteamien-tos de manera interna en sus estudios a colaborar de manera constante con constructores, fabricantes, su-ministradores de estructuras. El diseño, la logística y la fabricación de materiales consiguen su compatibilidad antes de la entrega del pro-yecto. Lo que deja para el proceso de ejecución una pla-nificación precisa, consiguiendo una ejecución de obra sin imprevistos, con un mayor control de materiales, suministros y certificación. Esta nueva manera de “construir en fase de pro-yecto” da como resultado edificaciones más sosteni-bles, un mejor aprovechamiento de los materiales, ge-nerando menos residuos, una calidad mayor en todos los elementos del edificio y, a través de sistemas certi-ficados como Thermochip, una garantía para el usuario del edificio de que está recibiendo un edificio que sa-tisface las más altas prestaciones a niveles acústicos, térmicos, de salubridad y confort. El porvenir de la construcción pasa por adaptarse a estos nuevos procedimientos, más digitales, precisos y controlados. Esta anticipación de los problemas en las fases iniciales del proyecto permite una total certidum-bre con un control total de plazos y costes. Los entornos digitales y la metodología BIM trasladan la dirección de obra a las fases previas del proyecto. Una suerte de “dirección de obra virtual” permite una ejecución más productiva, menor generación de residuos y un bajo impacto ambiental. Una dirección de obra digital en fase de proyecto gracias a sistemas industrializados y sostenibles PUBLICIDAD