gas, músicos, poetas y fotógrafos que, como él, pretendían transformar el paisaje urbanístico a través de edificios be-llos, revolucionarios y, sobre todo, más habitables. Por eso, cuando Natalia Pérez Ortembach, propietaria de La Manzanera, uno de los terrenos más espectaculares de la costa en Calpe, le propuso llevar a cabo varios proyec-tos en él, el arquitecto barcelonés lo vivió como un desafío. Entonces, aquella localidad alicantina no era más que un pueblecito pesquero de poco más de 2.000 habitantes, pero para Bofill resultaba un perfecto lienzo en blanco donde dar rienda suelta a sus ideas arquitectónicas. La primera construcción que llevó a cabo fue Plexus (1966), seguida de Xanadú (1967). La tercera sería La Muralla Roja (1973), sin duda, la más disruptiva y aplaudida de todas ellas. edificios con historia / La Muralla Roja estrella de instagram Estrella de Instagram Quién le iba a decir a Ricardo Bofill cuando la diseñó, allá por los años sesenta, que La Muralla Roja se convertiría en uno de los espacios más fotografiados en Instagram. Antes de fallecer, el arquitecto comentó en una entrevista que las redes sociales no se preocupaban por entender los motivos que le llevaron a aceptar y construir aquel proyecto. Así que no le importaban demasiado ni las críticas ni los comentarios de los instagramers, basados en impulsos de un instante. A quienes sí les ha molestado el desmesurado interés del público por autorretratarse en el complejo de Bofill es a sus habitantes, quienes han decidido prohibir la entrada de curiosos que solo desean hacerse un selfi.