internacional / Nuevas construcciones diseño de este museo recuerda el movimiento orbital. El edificio presenta tres formas principales –el óculo, la cú-pula invertida y la esfera– que actúan como instrumentos astronómicos en funcionamiento. El óculo está suspendido sobre la entrada principal y demuestra el paso del tiempo siguiendo un círculo de luz solar en el suelo a través de la plaza de entrada y el espejo de agua. La esfera alberga el teatro de este gigantesco planetario, que está medio sumergido en el edificio. Con un mínimo soporte visible, evoca una ilusión de ingravi-dez. La cúpula invertida es una gran estructura de vidrio, situada en la parte superior del atrio central del edificio, donde los visitantes pueden ocupar el centro y observar el cielo sin obstáculos. Bajo ella, una rampa en espiral, de 720 grados, traza el flujo orbital dirigiendo a los visitantes por todas las exhibiciones del museo. El mundo dentro de 50 años. El jeque Mohamed de Dubái aspira a pasar a la historia no solo como uno de los criadores de caballos de carreras más afamados del mundo. Él pretende que sus citas estén a la vista de to-dos los visitantes del emirato. Y para ello, qué mejor que escribirlos sobre la fachada del Museo del Futuro, obra del estudio de arquitectos Killa Design, que se levanta junto a las altísimas torres emiratíes, y que ha alcanzado la categoría de LEED Platino. Considerado como una de las estructuras más comple-jas del mundo (en lugar de columnas, está soportada por una red de 2.400 tubos de acero que se cruza en diago-nal), este museo representa el renacimiento de la excelen-cia árabe en los campos de la ciencia, las matemáticas y la investigación. Consta de tres partes principales: la colina verde sobre la que se asienta –que representa la solidez y la permanencia en el tiempo–, el edificio principal, que con su caligrafía simboliza la pasión de la humanidad por las artes y la creación, y el vacío elíptico, metáfora de la innovación y lo que está por llegar. El legado faraónico. Entre El Cairo y Guiza, en la primera meseta desértica a 50 metros sobre el nivel del río Nilo, se levanta el Nuevo Museo Egipcio, proyectado por los irlandeses Heneghan Peng Architects. El doble reto al que se han enfrentado no era fácil: por un lado, realizar un gran contenedor a la altura de la extraordinaria riqueza artística y arqueológica con la que cuenta Egipto y, por otro, hacerlo junto a las pirámides y, sin restarles prota-gonismo, atraer la atención de los visitantes. El resultado es un colosal edificio de planta triangular, de 168.000 metros cuadrados, en el que destaca su mo-numental fachada de 800 metros de longitud y 40 metros de altura máxima en algunos puntos, hecha con una piel traslúcida de alabastro decorada a base de triángulos. El acceso al museo se efectúa a través de un patio mo-numental y una gran escalera que asciende al nivel de la meseta, en el que se encuentran la galería desde la que los visitantes pueden contemplar las pirámides. Predicar con el ejemplo. Además de su forma futurista, el Museo de las Ciencias Robóticas y la Inteligencia Ar-tificial (RAIM) de Seúl ha llamado la atención desde el mismo momento en que se dio a conocer el nombre del estudio ganador en el concurso internacional de ideas para diseñar este espacio. “El nuevo Robot & AI Museum (RAIM), que desempeña un papel catalizador en el avance y la promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación en toda la sociedad, no solo exhibirá robots, sino que, en realidad, estos estarán a cargo del diseño, la fabricación, la construcción y los servicios. En otras palabras, RAIM comenzará su ‘primera exposición’ con ‘su propia cons-trucción’ por robots en el sitio”, explicó la arquitecta turca Melike Altinisik, cabeza visible de MAA Architects, en la presentación del proyecto. Con la ayuda de un sistema de modelado BIM, un equipo de robots ha sido el encargado de moldear, en-samblar, soldar y pulir las placas de metal que conforman la fachada curva del edificio. Y un segundo equipo se ha encargado de la impresión de hormigón en 3D que se ha colocado en el exterior de este edificio con forma de esfera. Dinamizar la ciudad. El Museo Fotografiska de Berlín espera abrir sus puertas el próximo verano. Ocupará el edificio de la antigua galería Kunsthaus Tacheles, en el distrito de Mitte. Construida en 1908, la historia de esta galería ha estado marcada por el devenir de los aconte-cimientos en el siglo XX: primero fue un gran almacén, después pasó a ser un centro de detención nazi durante la Segunda Guerra Mundial y, tras un tiempo de abandono, en 1990 se convirtió en galería de arte. En esta última reconversión, a cargo de Herzog&De-Meuron, lo que se pretende es dejar el testimonio de la historia del edificio, por lo que algunas de sus partes se van a mantener intactas, como vestigios de los daños cau-sados durante la Segunda Guerra Mundial, rehabilitando solamente la fachada. La intervención en este edificio forma parte de Am Tacheles, un ambicioso proyecto que Herzog&DeMeuron presentaron hace varios años para recuperar uno de los últimos huecos urbanos del distrito. Según los arquitectos, “el objetivo del diseño del Am Ta-cheles es crear una estructura urbana que sea robusta y directa tanto en sus detalles constructivos como en la combinación de materiales. Y crear un espacio urbano atractivo que sirva tanto a la comunidad como al indivi-duo”. Este gran proyecto incluye la construcción de un to-tal de cuatro nuevos edificios residenciales y de oficinas, además de la rehabilitación de la antigua galería. •