CULTURA / Casas en los árboles una silueta que asemeja a un nido de pájaros y que se con-vierte en una auténtica escultura en medio del bosque; eso sí, con un interior minimalista muy nórdico, pero con todas las medidas necesarias para mantener dentro una tempe-ratura óptima. También resulta chocante The UFO, un apar-tamento cuyo exterior imita a un ovni sobre la vegetación. ¡Como si de la nave espacial de ET se tratara! Cómodas, seguras y respetuosas. Levantar un refugio entre árboles supone un sueño infantil para muchos. Ahora bien, requiere la intervención de expertos en construcción arbórea para evitar accidentes al habitarlo, además de ga-rantizarnos una optimización de los recursos y espacios que lo conforman. Lo primero es elegir adecuadamente el árbol que dará cobijo a nuestra casa, analizar las características del ejemplar, su edad, altura, frondosidad, diámetro… Un especialista deberá también realizar un estudio fitosanitario para comprobar si está sano, bien arraigado y si ha alcan-zado su máximo crecimiento. Hay que tener en cuenta que se trata de un ser vivo, que cambia día a día, lo que puede influir en la seguridad del alojamiento. Aunque muchos no lo crean, los árboles también sienten y sufren estrés. Por eso, hay que respetarlos cuando los elegimos para levantar nuestro refugio: nada de anclajes agresivos, talas excesivas o materiales que no sean inocuos a su propia naturaleza. En lugar de tomar un solo ejemplar como soporte, quizá sería más adecuado repartir peso entre varios, de manera que no comprometa a su crecimiento. Tampoco es mala idea sustentarlo sobre postes clavados al suelo. Y, por supuesto, pensemos que no es necesario trepar hasta lo más alto para sentirnos tan felices como el mismísimo Peter Pan: basta levantar la casa metro y medio (en especial, si está conce-bida para niños) para experimentar la sensación de baño de bosque, evitando accidentes y propiciando la sencillez de las estructuras necesarias para acceder a ella. Así que dejémonos de cuentos, y tomemos en nuestras casitas en el árbol todas las medidas precisas para que nuestra estancia en ellas sea tan placentera y divertida como la de los Niños Perdidos en el País de Nunca Jamás. lecturas por las ramas Lecturas por las ramas Las casas en los árboles, por supuesto, están hechas para habitarlas. Ahora bien, si no tenemos un bosque o un jar-dín para construir el refugio de nuestros sueños o si, senci-llamente, no nos sentimos tan aventureros como para enca-ramarnos a un roble, siempre podemos disfrutar de las me-jores edificaciones arbóreas en las páginas de un libro. Tree Houses. Castillos de cuento en el aire (Editorial Taschen) nos muestra 50 casas de ensueño, así como inspiradoras ilustra-ciones de Patrick Hruby. Por su parte, Living in Nature (Phai-don) recoge otro medio cente-nar de hogares diseñados no solo para estar en las alturas, sino también en espacios natu-rales como lagos, montañas o playas.