POR TU SALUD ¿Qué es un ojo de gallo o de perdiz? Conocido también como heloma interdigital, heloma blando o heloma de Moll, el ojo de gallo o de perdiz es un tipo de callo que sale entre los dedos de los pies y presenta características muy particulares que los hace fácilmente identificables: son más blandos que los callos convencionales, con un borde blanquecino (por la humedad de la zona) y bien definido, en torno a un núcleo rojizo. Produce muchas molestias y es muy doloroso. ¿Existen diferentes tipos? ¿Existen diferentes tipos? ¿Por qué salen? ¿Por qué salen? ¿Cómo se tratan? ¿Cómo se tratan? Prevención Prevención Salen entre los dedos de los pies. Su ubicación más habitual es entre el 4º y 5º dedos, así como entre el 1º y 2º cuando existe gran presión por la desviación del primer dedo (cuando existe juanete) pero pueden presentarse en cualquier espacio entre dedos. Pueden producirse por presión lateral o bien porque un dedo le pise al siguiente Son el resultado de una presión constante, entre las protuberancias óseas que existen en las articu-laciones los dedos, lo que produce la formación y acumulación de células muertas como mecanismo de protección de nuestro cuerpo como consecuen-cia de utilizar tanto un calzado de puntera estre-cha, como de un calzado cedido que no se sujete bien al pie. Su aparición es frecuente en primavera y otoño, pues son estaciones en las que las variaciones de temperatura son importantes y ello conlleva a unos cambios importantes en el tamaño de los pies, se hinchan fácilmente Todos conocemos remedios caseros que supuesta-mente tratan los callos, casi todos dirigidos a elimi-narlos a base de ácidos (tomate, vinagre, cáscara de limón…) pero no podemos olvidar que la zona afectada suele estar debilitada y que el tratamiento con ácidos, por naturales que sean, pueden llevar a un aumento de la irritación e incluso ulceración de la zona, por lo que ante los primeros síntomas lo mejor es acudir al podólogo quien analizará la lesión y emitirá el diag-nóstico y tratamiento más adecuado a cada caso. En un primer momento se suele eliminar la acumula-ción de piel mediante bisturí y consiguiente enuclea-ción del punto central (para evitar que la lesión se complique y pueda terminar como úlcera dolorosa y de difícil curación, por la humedad habitual de la zona) e indicar medidas adecuadas que eviten recidivas. En caso de que la lesión se haya producido por una deformidad importante de los bordes articulares o una mala posición de los dedos, se puede indicar el uso de ortesis de silicona, adaptadas a cada caso, que ayuden a separar o corregir la posición de los dedos. Hay casos en los que si se repiten de forma crónica, por lo que tras identificar a través de una radiogra-fía los saliente óseos «culpables» (no hay deformidad ósea que produzca lesiones en la piel si no existe una presión constante), se eliminan con una sencilla téc-nica quirúrgica. Uso de calzado adecuado: En anchura (para evitar la presión puntual). En longitud (para evitar la mala posición de los dedos). En material (todo aquello que induzca a una mayor sudoración y consiguiente humedad de la zona, aumenta la probabilidad de formación del ojo de gallo y su posterior ulceración por la debilidad de la piel). Medidas higiénicas que mantengan la zona seca.