plido 21 años. “Esta tierra con una huella talayótica excepcional, centro de tantas civilizaciones e invasiones que trajo el mar, está conformada para que germinen los proyectos artísticos”, asegu-ra. “Menorca cumple una función casi terapéutica: paisaje natural, ritmo lento, sencillez y belleza”. Este renacimiento creativo alcan-za a otros negocios que asumen el arte como algo propio. Como el hotel boutique Can Albertí 1740: una mansión mahonesa que alber-gó a numerosos artistas y escritores y que hoy incluye exposiciones en el propio edificio (en colaboración con galerías como Encant o Polka), además de agitar la vida cultural de la ciudad organizando conciertos de música clásica en el Teatro Principal. El poder hipnótico de la piedraHubo un tiempo, allá por los 80, en que creadores de diversas dis-ciplinas y procedencias hallaron en Menorca la paz que necesita-ban para desarrollar su talento. Es el caso de Laetitia Lara, entonces ©Be Creative, Menorca, por cortesía de Hauser & Wirth. La Isla del Rey. // The Illa del Rei.