La acción La cotización de BBVA se revaloriza con fuerza La mayor visibilidad en el plano sanitario ha impulsado, en gran medida, la revalorización de los principales índices bursátiles en 2021. Es cierto que la amenaza de las nuevas variantes de la COVID-19 llevó a numerosos gobiernos a en-durecer las restricciones en el segundo trimestre, retrasando así la recuperación de la actividad eco-nómica. Posteriormente, la aceleración del ritmo de vacunación servía para alentar el sentimiento inversor. En este sentido, las autoridades sanitarias se muestran confiadas en haber conseguido con-trolar la propagación del virus y reducir sustancial-mente la gravedad de las infecciones, gracias al alto porcentaje de vacunación en la población (Europa 68%; EE UU 56%). Todo ello ha permitido la reaper-tura total de algunas economías. Al mismo tiempo, la fortaleza de los datos macro, así como el con-tinuo apoyo de los bancos centrales, llevaba a los mercados financieros de Europa y EE UU a alcan-zar máximos históricos a principios de septiembre. No obstante, varios indicadores sugieren que la re-cuperación se estaría ralentizando en la última par-te del año. El repunte de la inflación podría estar causando numerosas disrupciones por el lado de la oferta ante el notable incremento de los costes de producción, principalmente de las commodities (Brent +64% YTD; Carbón +108% YTD; Gas natu-ral +219% YTD). Todo ello supone, por un lado, una amenaza para las estimaciones de beneficios em-presariales en caso de que las compañías no pue-dan mantener sus márgenes y, por otro lado, un deterioro de la demanda. Sin embargo, los bancos centrales continúan abogando por la temporalidad de los altos niveles de inflación, incidiendo en que son consecuencia de factores transitorios deri-vados de la reapertura económica. A pesar de ello, reconocen que es difícil cuantificar sus efectos o incluso su duración. En cuanto a sus políticas, si bien continúan apor-tando abundante liquidez al mercado, las principa-les instituciones están más cerca de comenzar con el proceso de normalización monetaria. A final de año se espera que la FED comience con la reti-rada de los programas de compra de activos im-plementados durante la pandemia, y desde el BCE se moderará el ritmo de compras de su actual pro-grama (Pandemic Emergency Purchase Program) en 4Q21, aunque podrían implementar a partir de 1T22 uno nuevo que complemente al actual APP (€ 20bn/mes) para prevenir turbulencias en mer-cado. Por otro lado, en EE UU numerosos miembros de la FED señalan que a finales de 2022 podrían cum-plirse las condiciones necesarias para aumentar los tipos de interés, en tanto que se alcancen sus objetivos de inflación y empleo. Su última reunión ponía de manifiesto que podrían subir tipos hasta siete veces en el próximo ciclo de subidas. Por su parte, en Europa el BCE no contempla aún cambios en su forward guidance dado que las perspectivas de inflación para 2023 aún se encuentran lejos de sus objetivos, y consideran que es demasiado pron-to para llevar a cabo una política más restrictiva en este sentido. En definitiva, la menor aversión al riesgo de los inversores, en un contexto de menor incertidum-bre y reactivación de las economías, ha favorecido a los mercados de renta variable, si bien los inver-sores estarían adoptando mayor cautela con vistas a final de año. Las mayores expectativas de infla-ción y la postura menos acomodaticia de las auto-ridades monetarias han propiciado de nuevo una rotación sectorial en beneficio de los bancos. Esto último también se materializaba en los activos de renta fija, con la rentabilidad del bono alemán a 10Y subiendo de forma acentuada y afianzándose en niveles no vistos desde 2019. El sector bancario presenta el mejor comporta-miento relativo en 2021, gracias al protagonismo del reflation trade y la elevada correlación de las entidades con la positivización de las curvas de ti-pos de interés. Asimismo, el levantamiento de las restricciones sobre la política de retribución al ac-cionista en Europa ha favorecido el apetito inversor, en tanto que proporciona una mayor visibilidad al capital return del sector. En este sentido, numero-sas entidades han reactivado el pago de dividendos y han recibido autorización del regulador para lle-var a cabo nuevos programas de buyback. Por otro lado, el outperformance de los bancos en la última temporada de resultados ha propiciado nuevas re-visiones al alza de las estimaciones de beneficios.