Tendencias Euro digital “Se pone en marcha el proyecto de un euro digital”. El pasado 14 de julio, el Banco Central Europeo informaba del inicio de la cuenta atrás. En unos cinco años la divisa digital europea podría ser una realidad. Pero, ¿cómo sería el euro digital? Texto: Raúl Alonso /Fotos: iStock Seguir leyendo Seguir leyendo Seguir leyendo “Un medio de pago sencillo, universalmente aceptado, fiable y sin riesgo”. Así definía el pa-sado verano el Banco Central Europeo (BCE) el euro digital en su anuncio de una iniciativa de gran impacto entre los ciudadanos. La Unión Europea (UE) responde a una creciente apues-ta mundial por las monedas virtuales emitidas por los bancos centrales o CBDC (Central Bank Digital Currency). “Es la digitalización del dine-ro FIAT o dinero gubernamental que usamos en el día a día”, explica Javier Sáez, Inbound y Growth Manager de la escuela digital IEBS: “El emisor de esta moneda digital sigue siendo un banco central y la política monetaria seguirá estando sujeta a las mismas variables macro-económicas que el dinero FIAT”. ¿Qué es el euro digital? Como el resto de CBDC, el euro digital es una representación digital del dinero tangible y tra-dicional: “Las transacciones seguirán siendo centralizadas por los gobiernos y serán estos quienes controlen el ratio de existencias o flujo del dinero”. No obstante, “la emisión de CBDCs requiere de una evaluación cuidadosa no solo de las oportunidades sino también de los ries-gos, ya que pueden tener un impacto significa-tivo en el funcionamiento y la estabilidad del sistema financiero tal y como lo conocemos”, señala Pablo Urbiola, jefe de Regulación Digital de BBVA. ¿El euro digital es una criptomoneda? La respuesta es sencilla: no. “Los criptoactivos no son dinero de banco central sino activos fi-nancieros digitales. Se diferencian de este en que sus precios son volátiles porque no tienen valor intrínseco ni están respaldados por ningu-na institución fiable”, se explica desde el Banco Central Europeo. ¿El euro digital va a sustituir al euro tradi-cional? “Es importante entender que el euro digital no pretende sustituir al efectivo físico sino com-plementarlo”, explica Sáez: “Permitirá a los ciu-dadanos europeos tener una alternativa segura y centralizada para poder utilizar medios de pago digitales como complemento al efectivo que ya se viene usando”. ¿Cuándo utilizaremos el euro digital? Adelantar cualquier fecha de implantación tiene mucho de especulativo, pero Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha estimado en unos cinco años el plazo para iniciar su poten-cial introducción. De momento, el pasado mes de octubre comenzó la llamada ‘fase de investi-gación del euro digital’, que contempla trabajos durante 24 meses. Sus objetivos principales son estudiar el diseño funcional de la CBDC europea y las modificaciones del marco legis-lativo para su implantación en los mercados. En definitiva, de cumplirse los plazos anun-ciados, el euro digital podría ser una realidad para 2026, pero de lo que no hay duda es de que en esa u otra fecha impondría un cambio en la vida del ciudadano: “Nuestro trabajo trata de asegurar que, en la era digital, ciudadanos y empresas sigan teniendo acceso a la forma más segura de dinero”, en palabras de Lagarde. En este proceso, según Alejandro Neut, eco-nomista de BBVA Research, “es deber de todo banco central cuidar el buen funcionamiento del sector bancario, a través del cual se genera la intermediación para transformar depósitos en fuente estable de recursos para la inversión de toda economía moderna”.