La amistad, una cuestión de calidad no de cantidad ¿Se puede aprender a ser feliz? Beneficios para la salud La amistad, una cuestión de calidad no de cantidad Anxo Sánchez, doctorado en Física Teórica por la Universi-dad Complutense, catedrático de Matemática Aplicada en la Universidad Carlos III de Madrid y fundador del Grupo Inter-disciplinar de Sistemas Complejos se autodenomina “físico traidor”, y aplica sus conocimientos de física y matemáticas a las ciencias sociales y al estudio del comportamiento hu-mano, asegurando que “por primera vez una teoría matemá-tica es capaz de predecir un fenómeno social”. En referencia a este aspecto, Anxo Sánchez simplifica un fenómeno como la amistad y coincide con la teoría del antropólogo británico Dunbar, según la cual podemos tener 150 amigos como máxi-mo. Viene a ser una constante. La relación de esas amista-des se establece en una serie de círculos concéntricos que en función de su proximidad van decreciendo en fracciones más o menos de tres 100-35-10-(3-5) hacia el interior, donde se concentran los más allegados. Cuanto más próximas al cen-tro (nosotros) son las amistades más energía y dedicación requieren. Por eso si los círculos de contactos online se ha-cen más grandes, los de la vida real se hacen más pequeños, lo que significa que el tiempo que dedicas a las redes sociales no es gratis, lo estás sacando de otro lado. ¿Se puede aprender a ser feliz? Detrás de las relaciones sociales está la búsqueda de la felicidad, un concepto que representa la base sobre la que construye su obra Tal Ben-Shahar, autor de obras de éxito mundial que abordan desde la ciencia un concepto para muchos tan abstracto como la felicidad. Ben-Shahar, doctor en psicología y filosofía en la Universidad de Harvard, y apodado por sus alumnos como “profesor de la felicidad”, responde afirmativamente y sin la menor duda a una pregunta especialmente complicada: ¿Se puede aprender a ser feliz? La audacia de este israelí-norteamericano de 51 años va más allá, ya que además de asegurar que hay una ciencia de la felicidad, considera que en las escuelas deberíamos enseñar a ser felices, que podemos cambiar nuestros niveles de felicidad, y que un factor fundamental en ese proceso son las relaciones sociales, la amistad, el manejo de las emociones negativas o las rutinas cotidianas. De hecho, asegura que la ritualización fortalece tus vías neuronales: “En cierto modo, esculpimos el cerebro a través de rituales, y si repetimos una acción positiva, lo esculpimos de forma positiva”. Se pueden sentir emociones dolorosas, como la tristeza, como el enfado, y eso no nos impide ser felices. De hecho “solo hay dos tipos de personas que no experimentan dolor, enfado, tristeza, ansiedad, decepción, envidia, miedo… Son los psicópatas y los muertos”, concluye. Una de las herramientas básicas para Ben-Shahar en la búsqueda de la felicidad es el ejercicio físico moderado, que funciona igual que la medicación psiquiátrica más potente: libera norepinefrina, serotonina y dopamina en el cerebro. Respecto a los niños da tres consejos a los padres: el primero parte de la educadora italiana Maria Montessori cuya idea era, básicamente, que no debemos hacer por los niños lo que pueden hacer ellos mismos, aunque les cueste. El segundo sería el amor incondicional, que no significa darles todo lo que quieran, sino que aceptamos sus emociones incondicionalmente pero ponemos unos límites muy claros en su comportamiento. Y el tercero: predicar con el ejemplo y compartir con ellos nuestras experiencias. En su libro “La búsqueda de la felicidad” habla del proceso MPS, siglas en inglés de «significado», «placer» y «puntos fuertes», y pide a la gente que haga una lista de todas las cosas del mundo que son significativas para ellos, luego otra de las cosas que les son placenteras y una última de sus puntos fuertes. Finalmente les pide que estudien las listas y busquen las coincidencias, pues en ellas es donde pueden hallar la mayor felicidad en la vida. Beneficios para la salud Estos son los efectos saludables de la amistad: • Reduce los síntomas de la depresión. • Estimula la producción de oxitocina y cortisol, lo que se traduce en una mayor sensación de bienestar, una actitud más positiva y menos estrés. • Mejora la salud mental minimizando el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades mentales. • Aumenta la probabilidad de vivir más años. • Mejora la capacidad de recuperación frente a una enfermedad. • Incrementa la producción de dopamina y endorfinas, reduciendo la sensación de dolor. • Aumenta la capacidad inmunitaria del organismo y su protección frente a infecciones como el resfriado común. • Mejora la presión arterial y la salud del corazón. • Favorece una mejor actitud, un mayor rendimiento y una mayor motivación en el trabajo. Implica más actividad, también deportiva, y hábitos más saludables que hacen que nuestro índice de masa corporal (IMC) se mantenga estable y no desarrollemos obesidad.