MUY PERSONAL Miquel Benitez/Getty Images La literatura como liberación personal Seguir leyendo Seguir leyendo Flamante premio Nadal por El lunes nos que-rrán, la escritora catalana de origen marroquí Najat el Hachmi entiende la literatura como una herramienta liberadora. Así es como ella lo vive tanto por sus orígenes como por su trayectoria personal. El Hachmi llegó a Vic con solo ocho años procedente de Beni Sidel, Nador (Marrue-cos). Educada bajo los fundamentos del islam, vivió en primera persona –desde pequeña en el colegio y después en la universidad donde es-tudió Filología Árabe– el choque cultural entre la educación islámica de su entorno familiar y la occidental, puertas afuera. No podía entonces imaginar que este contrapunto sería el motor que alimentaría su universo literario. Hablamos de temas transversales como la discriminación de las mujeres musulmanas (Siempre han ha-blado por nosotras, un manifiesto contra la im-posición del velo), el machismo (El último pa-triarca), el feminismo y la identidad (Yo también soy catalana) o la brecha generacional (La hija extranjera, Madre de leche y miel). Lectora voraz desde temprana edad, Najat el Ha-chmi supo que lo suyo era dedicarse de lleno a la literatura tras ganar el premio Ramon Llull en 2008 con su primera novela, El último patriarca, un compromiso literario que ahora ha renovado con el Nadal y El lunes nos querrán. Presentada originalmente bajo el título de Intrusas y firma-da con el pseudónimo de Cristina López, Najat el Hachmi aprovechó la entrega del premio para dedicar su novela “a todas esas valientes que se salieron del camino recto para poder ser libres”.