Temario Calendarios, ayer, hoy y siempre Las cosas verdaderamente valiosas no sucumben a los avatares del tiempo. “contabilidad” de los actos y los días es una herramienta esen- cial para nuestra organización personal. Vivimos en un siglo marcado por la digitalización y la trans- formación tecnológica, donde las nuevas formas de crear, pro- cesar y almacenar información son cada vez más sofisticadas. A pesar de la vasta oferta de soluciones digitales, el calendario en papel sigue siendo la opción preferida por muchas personas. El calendario en papel tiene una presencia tangible que aporta sensación de control y de organización. Este perdurable atractivo se debe a su utilidad, accesibilidad y costo econó- mico. Es una herramienta sencilla, pero efectiva, que sigue cumpliendo con su propósito original: ayudarnos a gestionar nuestro tiempo y nuestras actividades. Lo interesante es que, a pesar de basarse en un concepto antiguo —el de medir el tiempo mediante un patrón, como lo hacían los romanos con los ciclos lunares, y nosotros con días, semanas y meses—, ha sabido evolucionar con los tiempos. Aunque la esencia del calendario permanece intacta, lo que ha cambiado es la oferta. Los fabricantes han ampliado su abanico, EL SER HUMANO, POR NATURALEZA, tiende a pensar en adaptando el producto a las necesidades y gustos contempo- términos maximalistas, otorgando a las novedades un papel ráneos. Así, encontramos calendarios de mesa, de pared, infan- de sustitución absoluta que, en la práctica, rara vez tienen. tiles, humorísticos, motivacionales, personalizables e ilustra- La historia nos ha demostrado una y otra vez que lo moderno dos, además de otros que rinden homenaje a iconos culturales no necesariamente desplaza lo tradicional. De hecho, la coe- o a figuras históricas. xistencia entre ambos suele ser mucho más común de lo que Cada año, la creatividad de los fabricantes trae nuevas pro- se piensa. Incluso en aquellos casos en los que una tendencia puestas, y es difícil prever qué será lo más popular en el futuro parece mantenerse vigente a lo largo del tiempo, los elemen- inmediato. Sin embargo, una cosa está clara: los calendarios tos más antiguos no solo perduran, sino que siguen siendo en papel seguirán siendo parte fundamental de nuestra vida relevantes. Lo nuevo, salvo en contadas excepciones, no nace cotidiana. A lo largo de los siglos, ha mantenido su relevancia, con la misión de reemplazar, sino de convivir, de complemen- adaptándose a cada época sin perder su esencia. Y, aunque tarse. Un ejemplo claro es el calendario en formato papel. las tecnologías cambien, continuarán siendo una herramienta El ser humano necesita organizar su vida para no caer en el de organización indispensable para las generaciones futuras. caos, y esa necesidad se intensifica donde las demandas y Porque, en última instancia, las cosas que realmente tienen obligaciones no dejan de aumentar. Desde tiempos remotos, valor, las que ofrecen un sentido de continuidad y conexión con el ser humano ha buscado maneras de ordenar sus activida- el pasado, siguen siendo útiles a lo largo del tiempo. Y eso es des y responsabilidades. Los romanos, pioneros en muchos lo que hace que sigan siendo valiosos: su capacidad para aspectos de la vida cotidiana, acuñaron la palabra “calenda- adaptarse y, al mismo tiempo, mantenerse fieles a su propó- rium” para referirse a los libros de contabilidad, de donde pro- sito original. Pasado, presente y futuro se entrelazan en cada vienen tanto la palabra “calendario” como el concepto mismo. página, y ese es el verdadero valor de una herramienta que, Al igual que ellos, hoy necesitamos un registro de nuestras aunque antigua, sigue siendo profundamente moderna en su citas, compromisos, reuniones, festividades y vacaciones. Esa función. 22 Rd