enecia es agua y niebla, y ese velo difumi-na los contornos y la envuelve en un mis-terio que no llega a desvanecerse. Lord Byron, poeta y viajero romántico, la con-templó como un espejismo nacido de la varita mágica de un encantador. Su fragi-lidad es propia de su condición marítima, susceptible de naufragio. Pero Venecia subsiste. Subsiste en sus iglesias, en sus puentes y en sus palacios. Subsiste y se renueva. El limbo turístico de la pandemia ha supuesto una oportunidad para la rehabilitación y la apertura al público de museos a los que tan solo llega el cono-cedor, el iniciado. Mattia Agnetti, responsable de la Fondazione VENECIA © Sylvain Sonnet/Getty Images Galería del palacio Ca’ d’Oro, que incluye obras de Tiziano y van Dyck. // Gallery of the Ca’ d’Oro palace, including works by Titian and van Dyck.