tas en la cerámica hidráulica que decora los interiores; asimismo, trazó una red subterránea de conexión de los pabellones que hacía invisible a los usuarios la parte me-nos amable del hospital. En esta misma línea, Robert S. Ulrich, profesor de arquitectura paisajística y urbanismo de la universidad de Texas comprobó, en 1983, que los pacientes que disfrutaban de vistas a la naturaleza te-nían una estancia en el hospital más corta y necesitaban menos analgésicos. Arquitectura curativa. Con este centro, Domènech i Montaner sentó las bases para lo que se ha denominado arquitectura curativa que, en palabras de Gómez-Vela, “se trata de un concepto que apoya que un buen diseño y construcción crea un entorno que favorece la salud”. Se ha demostrado que un mal diseño puede afectar ne- cultura / Neuroarquitectura © Jarmo Piironen/Getty Images © Anadolu via Getty Images