Por el contrario, los micropilotes perforados requie-ren el uso de maquinaria de perforación, generalmente sobre orugas, que hacen necesaria la apertura de hue-cos de paso. Además, el despliegue del mástil de la máquina exige una determinada altura libre o gálibo que en ocasiones obliga a la demolición parcial del te-cho de la estancia en la que se tenga que trabajar. El micropilote hincado GROUNDFIX® precisa únicamente una altura libre de 2,20 m, de la que se suele disponer en la gran mayoría de casos. Y cuando se trata de edifi-cios residenciales, el paso de la maquinaria de perfora-ción puede conllevar la necesidad de reparar o reponer el solado, tabiques, etc. Limpieza en la ejecución La limpieza de los micropilotes de hinca continua es otro punto a destacar. Contribuye al buen resultado de la obra y reduce los consiguientes costes adicionales en las labores de limpieza finales. A diferencia de los micropilotes perforados, el sis-tema GROUNDFIX® no produce detritus de perforación, no precisa fluido de barrido (agua o aire) ni inyecciones de lechada que implican un nivel de suciedad elevado. HABLA GEOSEC PARA CERCHA A la izquierda, ejecución de micropilote perforado en obra de recalce. A la derecha, cimentación de nueva construcción, donde destaca la limpieza y rapidez del sistema GROUNDFIX®.