Este fluido suele ser agua bombeada a presión o aire comprimido. La última operación es la inyec-ción, también a presión, de lechada o mortero de cemento para generar el rozamiento necesario entre la pared de la perforación y el micropilote. Todo ello implica el uso de ma-quinaria y equipos de considerable tamaño, así como la generación de humos, polvo y suciedad. En contraposición, el sistema GROUNDFIX® realiza la hinca simple-mente por empuje del tubo de acero mediante un gato hidráulico que lo hace penetrar de forma continua, desplazando y den-sificando el terreno atravesado. Así, ofrece una serie de ventajas que, especialmente en entornos urbanos y obras de rehabilitación, resultan de gran interés: posibi-lidad de trabajo en espacios muy reducidos, ausencia de maquinaria, gases de combustión y vibraciones, baja emisión de ruidos y residuos, etc. A ello, hay que añadir la mayor velocidad de ejecución, que permite acortar los tiempos y optimizar la programación de las obras. Mencionar también que, dada la sencillez de las operaciones, los riesgos laborales se reducen conside-rablemente. Facilidad de acceso y reducida invasividad El dispositivo principal de hinca consiste en un gato hidráulico que se acopla a un pequeño bastidor de alu-minio de forma que el conjunto resulta de un peso y unas dimensiones tan contenidas que no se precisa de maquinaria para su colocación y posicionamiento en la obra, pudiendo emplearse únicamente medios manuales. Esto hace que puedan realizarse trabajos en espacios verdaderamente mínimos y con importantes limitaciones para el acceso. Habitualmente, el sistema GROUNDFIX® supone una reducción de la profundidad necesaria, con el consiguiente ahorro de medición Trabajos de micropilotaje de hinca en foso de ascensor, ejemplo de intervención en espacios reducidos. Trabajos de recalce con escasa altura disponible.