que desarman al virus no se com-praron a un tercero, “proceden de una planta de depuración en Murcia y nos las cedió el área de Agua, pre-cisamente cuando son más escasas porque su eficacia contra el virus ha disparado la demanda”, añade Crespo. Las depuradoras las usan en tratamientos de potabilización. Que una empresa se dedique a desarro-llar robots y al mismo tiempo al ciclo integral del agua tiene estas ven-tajas cruzadas. “A veces —continúa el ingeniero— un director de proyecto nos plan-tea un objetivo, por ejemplo de rentabilidad, o remediar un problema concreto, y nosotros proponemos la solución. Aplicamos innovación abierta, que no es innovar por innovar sino resolver necesidades o hallar tecnologías que mejoran el negocio”. David, Nicoletta, Jorge, Andrea... nombres de profesionales del Skill Center. UR10, MiR 200, Warthog, Pepper, Spot… nombres de ciencia ficción. Los segundos son algunos de los robots desarrollados por los primeros en esa alianza persona/máquina. Después vendrán otras, como con los humanos de las obras de la compañía o el equipo de un hospital. La complejidad de los robots refleja la de los perfiles profesionales. No existe una universidad que forme ingenieros robóticos y por eso es tan difícil encontrar especialistas. Se trata de una disciplina amplia donde se solapan electrónica, electricidad, mecánica, software, teoría de con-trol... Existe un máster en Europa, pero no una carrera como tal. La solución pasa por captar ingenieros industriales y de telecomuni-caciones como base, con formación añadida o experiencia en robótica, y además adiestramiento interno en la compañía. No solo hay que diseñar la máquina, también proyectar al profesional que la crea hasta integrar en el Skill Center equipos de software, de campo, electrónica, mecánica y uno puro de IA. innovación la liberación de tiem-po creativo puede usarse para generar actividad y nuevas fuentes de empleo