ENTREVISTA ¿Cómo se optimizan plazos, costes y rendimiento a largo plazo? Es la pregunta del millón porque asumimos unas exigencias de competi-tividad altísimas. No construimos instalaciones para venderlas sino para usarlas nosotros los 10, 20, 30 años que tarda en retornar la inversión. Lo logramos con herramientas como Best Value, que analiza obsesivamente todas las actividades para ver cómo y dónde mejorar un 0,5%, un 1%, desde la construcción de un camino a un vallado perimetral. Echamos imaginación, probamos, nos pasamos de frenada si hace falta, escucha-mos todas las sugerencias de dentro y fuera de la compañía, y al final logramos esa mejora que parece pequeña pero es constante. En lo único que no abaratamos es en aquello que puede comprometer la generación, eso es sagrado. Además aplicamos el modelo LCOE [Levelized Cost Of Electricity], el coste ponderado de la electricidad en los próximos 20 años para ajustar la inversión y producir energía lo más barata posible durante todo ese tiempo. ¿Qué papel juega el factor humano? Al final los proyectos dependen de las personas, y me alegra que sea así. Tienes una planificación óptima, una organización genial, pero sin un buen equipo no te sirven de nada. Es fundamental saber a quién pones de director de proyecto, de jefe de obra, de supervisor, contar con pro-fesionales de confianza, experimentados, muy motivados, con sentido común y espíritu práctico, que sepan cuándo ceder y cuándo apretar a las contratas, que tengan flexibilidad para adaptarse a culturas tan dife-rentes como una zona remota de India y otra superdesarrollada de EE. UU. Tenemos esa magnífica base humana, solo hay que reforzarla. Lo lograremos, cuando entras en un equipo sano, te contagias de su espíri-tu. Un buen equipo te hace mejor. SANOS Y SALVOS Ingeniería y Construcción reduce año tras año las tasas de accidentalidad. Con una excepción, el repunte tras la irrupción de la pandemia en 2020. Saltaron las alarmas y analizaron a fondo el fenómeno hasta dar con la cau-sa: efectos colaterales de la Covid. Los equipos queda-ron aislados por los confinamientos, no pudieron rotar como estaba previsto, los mensajes se centraron en las medidas contra el contagio, la preocupación por lo que sucedía… Esa pérdida de foco generó el repunte. Pero, entendido el problema, funcionó la solución. “Nuestra política de seguridad —explica Joaquín Ancín— es una prioridad absoluta y no depende de ningún otro factor, ni de ahorro, ni cultural, ni de com-petitividad. Es innegociable”. Se basa en programas como Stop Working: “Ante cualquier duda, el operario detiene la actividad, no importa si es una obra de 200 MW”. O Build Safe, “donde todos los miembros del equipo en todo el mundo y los contratistas aportan sus ideas, experiencias y conocimientos en las mejo-res prácticas”.