El mayor plan de construcción de instalaciones renovables en la historia de la compañía enfrenta un desafío: doblar su capacidad en solo cinco años. Para qué, dónde y cuándo tanto esfuerzo. por Patricia Alcorta Ilustración Rodríguez y Cano H oy el negocio de Energía despliega 10.700 MW de potencia instalada en todo el mundo, a finales de 2025 prevé unos 20.000. Para facilitar ese esfuerzo inversor, ACCIONA anunció en febrero la decisión del Consejo de Administración de poner en marcha un proceso de oferta pública inicial, en España, de las acciones de su división de Energía. Semejante salto de escala —en inversión, pero también en plani-ficación, capacidad operativa y capacidad competitiva— tiene que apoyarse en una buena causa. En realidad, varias. El compromiso natural con la sostenibili-dad y la visión renovable. El incremento de la demanda planetaria de energía limpia para conciliar el crecimiento sostenible con el económico y el demográfico. El consenso internacional, particu-larmente europeo, en que la recuperación económica post-Covid supone una oportunidad de oro para acelerar la descarbonización y luchar contra el cambio climático. Y que no solo sea posible sino particularmente rentable. Europa ya ha comprometido buena parte de los fondos de recuperación Next Generation para inversión verde. Este es el objetivo de despliegue en cuatro mercados estratégicos de ACCIONA.