arte no solo en colores pastel Una llamada de Freddy, y Juan Mayí está listo para una sesión de fotos y una char-la improvisada en su taller, un par de calles más allá. Está preparando su próxima exposición. Toda la serie de cuadros vibra en tonos metá-licos y azules oscuros. “Pinto así porque soy caribeño”. A un viajero europeo con su ima-ginario tópico del Caribe le cuesta verlo en esos colores y texturas. Mayí comienza a hablar de los tejados de zinc de su casa materna y todo encaja. El Caribe no es solo de colores pastel. Junto a él expone en el Museo de Arte Contemporáneo otro gran pintor local, Enriquillo Amiama. Los dos tienen en común una histo-ria de años en Europa y Estados Unidos, de idas y venidas. Amiama ha pasado la mayor parte de su vida en Nueva York, pero mucha de la obra que cuelga en el Museo este verano está inspirada por momen-tos intensos de la niñez, antes de dejar el trópico. “Aquí hay muchos y muy buenos artistas, pero no se dan a conocer”, cuenta. Él se ha for-mado en marketing digital y su hija Sara, que le asiste en la ejecución de sus obras, estudia también Marketing. ¿Cómo es el nivel de digita-lización de los nuevos creadores locales? “Pésimo”, responden casi al unísono. Muchos están aún fuera de la red, fuera del alcance del clic y la foto. Como muchas de las mejores cosas del país. Puede que por eso sea tan apremiante viajar y conocerlo. El corazón de la ciudad colonial: Plaza de Colón. ENG // The heart of the colonial city: Plaza de Colón.