Avistamiento de cetáceos y playas desiertas Unas cuatro horas de carretera separan Santo Domingo de Samaná, la península del norte flanqueada por el océano y la bahía. Su costa atlántica es conocida por los avistamientos de cetáceos y por la belleza de sus playas desiertas. Playa Rincón está considerada una de las mejores del mundo. Unos kilóme-tros antes, Playa El Valle es la parada idónea para aventurarse en barca de pescadores hasta las calas vírgenes vecinas a las que el acceso por tierra es muy complicado, como la Playa Ermitaño o Playa Onda. La experiencia es sublime: las mismas familias y veci-nos que ofrecen el viaje en barca se prestan a preparar la cesta de comida para los viajeros y llevarles a una de estas calitas idílicas encajadas entre paredes de vegetación exuberante en las que, con un poco de suerte, no encontrarán a nadie. Resulta que el paraíso está también al alcance de bolsillos pequeños. Playa Onda, en el norte de Samaná. ENG // Playa Onda, in northern Samaná.