cios que habría que construir, así como sus dimensiones exactas, teniendo muy en cuenta que, dadas las condicio-nes climatológicas de los Pirineos, la actividad ferroviaria debía realizarse a cubierto. El primer diseño. En 1920, Fernando Ramírez de Dam-pierre, ingeniero de caminos, canales y puertos, presentó el primer proyecto: un edificio colosal de 241 metros de longitud, con 150 puertas de acceso y 365 ventanas. Pre-via a la construcción de la estación, que comenzó en 1921 tras numerosos cambios en el diseño original, ninguno de los cuales afectó al exterior del inmueble, había que preparar el valle de Los Arañones, que era el lugar ele-gido. Para ello, se canalizaron torrentes, se construyeron diques que frenaran los aludes de nieve y se corrigió el curso del río Aragón. Adecuados los terrenos y con la obra de edificación en marcha, fallece Ramírez de Dampierre, pasando a ser Domingo Hormaeche el encargado de continuar los tra-bajos. Hormaeche, con experiencia en la construcción ferroviaria por su participación en la construcción de la edificios con historia / Canfranc estética singular La última rehabilitación de esta estación se ha centrado en la recuperación de los elementos históricos y con la vista puesta en la máxima eficiencia energética.