Canfranc / edificios con historia molduras de escayola–, donde se encuentran las taqui-llas, mientras que los laterales se reservan para oficinas, aduana, comisaría, estafeta de correos, servicios médicos y el restaurante del hotel internacional. Subiendo por una gran escalera de madera se accedía a las habitaciones del hotel, las dependencias administrativas de las compañías explotadoras y treinta viviendas para el alojamiento de los empleados de la estación. Otra curiosidad de Canfranc, debida a las diferencias del ancho de vía entre España y Francia (el ancho ibérico es de 1.660 mm, frente a los 1.435 del ancho europeo), radica en las dos playas de vías que tenía, una a cada lado del edificio, lo que provocó tener que duplicar andenes, accesos y servicios internos de la estación. Canfranc estuvo operativa hasta 1970. Su cierre lo provocó el derrumbe del puente de L’Estanguet. Pero du-rante los años que estuvo abierta fue testigo de hechos que luego han ayudado a acrecentar su leyenda, sobre todo durante la II Guerra Mundial. En ese momento, aquí había un intenso tráfico en ambos sentidos: hacia Francia circulaban los trenes cargados de wolframio, con los que Alemania construía tanques; a España, y con destino a Portugal, llegaba el oro que los nazis ponían a buen re-caudo. Y no solo oro, pues Canfranc sirvió como puerta de salida para muchos judíos que lograron escapar del holocausto. Del abandono a la rehabilitación. Fueron muchas las voces que llamaron la atención sobre el abandono en el que cayó la estación en 1970, una vez que la línea ferrovia-ria dejó de funcionar. El 6 de marzo de 2002, el Gobierno de Aragón la declaró Bien de Interés Cultural y, en 2013, la adquirió al Ministerio de Fomento por 310.000 euros. Desde 2005, cuando la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural de Huesca aprobó el proyecto de rehabilitación de la estación, hasta ahora, han sido varias las labores que se han llevado a cabo: recuperación de la estructura y la cubierta, restauración de la fachada y molduras decora-tivas, demolición de andenes, sustitución de columnas en las marquesinas y ejecución de galerías de servicio e insta-laciones, entre otros trabajos. En 2021, y como resultado de las obras impulsadas por el Gobierno de Aragón (que invirtió 10 millones de euros para la recuperación de la ex-planada de Los Arañones), se inauguró una nueva estación de viajeros en el Hangar Oeste que, en su origen, se desti-naba al intercambio de mercancías entre España y Francia. Nueva vida. En cuanto a la histórica estación, en la última edición de Fitur, la cadena Barceló Hotel Group anunció la apertura de un nuevo hotel de 5* GL, prevista para fina-les de este 2022. El proyecto arquitectónico, a cargo de Ingennus, se ha centrado en la restauración de las facha-das, la sustitución de las carpinterías, la restauración de la marquesina y la rehabilitación de los andenes, sin variar la imagen del edificio, todo ello para alcanzar la máxima eficiencia energética, mejorando la envolvente. Según Mónica Tello, Arquitecta Técnica y Directora de Ejecución de estas obras de rehabilitación (trabajo recono-cido con un premio en la Gala de la Edificación Aragonesa de 2021), mantener el aspecto original de la fachada no fue difícil, ya que acometieron “la envolvente por el inte-rior, actuando en la hermeticidad y el aislamiento desde dentro del edificio. Solo el cambio de las 365 ventanas, por otras de mayores prestaciones obligó a que se replicase el formato existente”. Tanto la rehabilitación como las estra-tegias de diseño y la solución de puentes térmicos se han desarrollado bajo criterios EnerPHit (estándar de rehabili-tación de Passivhaus), de ahí que “se haya tenido en cuenta la ventilación con recuperador de calor, la hermeticidad, el aislamiento, la carpintería de triple vidrio y la actuación en puentes térmicos. Todo ello lleva implícito una buena calidad del aire, un buen confort térmico y acústico con ausencia de corrientes de aire no deseadas. Igualmente se ha tenido en cuenta una correcta gestión de residuos y la utilización de materiales no perjudiciales para la salud”. Este hotel cuenta con 104 habitaciones. La planta baja está destinada a la zona wellness, además de la biblioteca y el restaurante principal, para el que se han rehabilitado dos vagones siguiendo el estilo clásico del siglo XX. El histórico vestíbulo de la estación alberga la recepción del hotel. Il-miodesing firma la decoración del establecimiento, donde los espacios cálidos y elegantes se fusionan con elementos art déco creando ambientes en los que destacan materiales como la madera, el latón o el terciopelo y una gama cromá-tica inspirada en tonos beis, verdes y petróleos. • © KarSol/Getty Images