edificios con historia / Teatro Albéniz con el resultado, pasando el proyecto a manos de Manuel Ambrós Escanellas, que es quien se ocupó de finalizar la fachada y la decoración interior. Una fachada singular. Durán de Cottes y López Iz-quierdo proyectaron una decoración escultórica para el frente del Albéniz, encargándosela a Ángel Ferrant. Cuando este último tenía su trabajo casi acabado, el nuevo director del proyecto modificó la idea inicial, con lo que se produjo un desencuentro entre ambos. El crítico Ricardo Gullón, en la revista Leonardo, se hacía eco de esta disparidad de criterios: “El admirable proyecto para esta fachada fue sustituido al cambiar el arquitecto direc-tor de la obra por otro menos afortunado y harto distinto en su concepción de aquel para el cual fueron talladas las figuras, con lo cual no son estas, como debieran serlo, partes de un modo armónico, sino muñecos superpuestos a un muro concebido de espaldas a ellos”. Al día siguiente de la inauguración, la prensa solo te-nía elogios para el nuevo teatro, al que calificaron como “un local de los más suntuosos, verdadero templo del es- Foto cedida por UMusic © EFE