una referencia de la coci-na lisboeta, ha visto crecer y evolucionar la ciudad has-ta convertirse en el lugar deseado que es hoy para la gastronomía universal. “La ciudad está pasando por un momento muy acti-vo; muchos chefs jóvenes que han viajado por todo el mundo y se han formado con algunos de los mejores cocineros y están ansiosos por resaltar el valor de los productos portugueses, com-binándolos con las mejores técnicas”, explica Stanisic. Al bosnio lo que más le gusta es emprender un viaje gastronómico desde Lisboa, descubriendo la riqueza culi-naria del país, “somos pequeños, pero hay muchas regiones y tra-diciones diferentes; conduces dos horas desde la capital y lo que comes es totalmente diferente en un sitio y en otro”. De hecho, muchos de sus productos los trae de la huerta de Colares, cerca de Sintra, “nos permite tener un suministro continuo de vegeta-les de origen orgánico y así reducimos cualquier desperdicio de alimentos”, asegura. Y todo lo hace para su cocina única, donde la influencia de la gastronomía bosnia se entrelaza con la portugue-sa, una excepcionalidad que funciona: “Combinar ambas es parte de mi identidad, no solo en la cocina, sino como ser humano”. Imán para otros chefs del mundoUn señal de que Lisboa es un foco gastronómico mundial es la