estacióN de príncipe Pío (MADRID) / DÉCADA DE 1940 SIEMPRE EN VANGUARDIA En la ventanillas de despacho de billetes para las líneas de Norte de la Estación de Príncipe Pío, un pasajero realiza su consulta, mientras los demás esperan. El último de la fila nos devuelve la mirada. El puente que va de sus ojos a los nuestros tiene 80 años. Los países que conecta también son distintos. Con la II Guerra Mundial en curso y el régimen recién establecido en España alineado con las potencias del eje, el Madrid de entonces era el de las cartillas de racionamiento y los personajes de misterioso acento y licencia para espiar. Es la capital que el escritor Camilo José Cela, a la postre Premio Nobel de Literatura, inmortalizó en la novela ‘La colmena’, crónica de las secuelas de la posguerra en la vida cotidiana, que describía el día a día de las gentes sencillas como “una mañana eternamente repetida”.