vs. Las mejores páginas de la historia del deporte las han escrito siempre las grandes rivalidades. También en el mundo del motor las competencias históricas entre marcas como Audi y Mercedes o Ferrari y Lamborghini han trascendido de lo comercial a lo deportivo y de lo personal a lo corporativo. Texto y fotos: Gonzalo de martorell Sin ninguna duda de pocas rivalidades se han explicado tantas historias a su alrededor como la de Ferrari y Lamborghini; incluso el cine se ha hecho eco de ella. Es bien conocida la historia de que Ferruccio Lamborghini decidió convertirse en fabricante de coches deportivos después de sufrir el desplante de Enzo Ferrari, que lo trató de “tractorista” tras recriminarle un fallo en la caja de cambios de su 250 GT. El 7 de mayo de 1963 se constituía la nueva empresa “Automobili Ferruccio Lamborghini S.p.A”y, en noviembre de ese mismo año, en Turín, ya se presentaba el primer prototipo de la nueva marca italiana de deportivos, el 350 GTV con motor V12 de 3,5 litros. Como temperamentales italianos que eran, ni “Il Commendatore” ni Don Ferruccio olvidaban fácilmente un agravio, así que aquello fue el inicio no solamente de una competencia comercial sino, en el caso de los dos fundadores, de un odio personal que les acompañó durante el resto de sus vidas. Aunque vivían apenas a 40 kilómetros uno del otro, jamás volvieron a dirigirse la palabra, jamás coincidieron en ningún acto e incluso se dice que, si por una mala coincidencia se servía en algún evento vino de las bodegas Lamborghini, actividad a la que se había dedicado Don Ferruccio tras vender la compañía en 1974 y retirarse a una finca en Umbria, Enzo Ferrari se negaba a dar ni siquiera un sorbo. Y, paradojas del destino, Ferruccio Lamborghini falleció el 20 de febrero de 1993 a la edad de 76 años, el mismo día en el que se cumplía el 95° aniversario del nacimiento de Enzo Ferrari. El punto en el que la rivalidad entre las casas de Maranello y Sant’Agata difiere de otras, como la de Audi y Mercedes o incluso la también reflejada en un famoso film entre Ferrari y Ford, es que en este caso nunca llegó a los circuitos. A diferencia de Enzo Ferrari, que no entendía el devenir de su marca sin participar en carreras, Ferruccio Lamborghini nunca mostró el menor interés en involucrarse en ellas para disgusto de sus ingenieros, Paolo Stanziani y Giampaolo Dallara, que andaban locos por meter a su precioso Miura en la pista. “Las carreras son el modo más rápido de arruinarse. Nunca son rentables. Yo compito en la calle”, repetía a menudo el fundador de la marca. Y de hecho hubo que esperar hasta 2003 para ver un Lamborghini Murciélago competir oficialmente como coche de fábrica en el campeonato FIA GT. El toro contra el caballo Además de la competitividad entre marcas, los fundadores de las compañías del toro y el caballo arrastraban una larga rivalidad que provocaba que se evitaran a pesar de vivir a 40 kilómetros de distancia. Ferrucio Lamborghini decidió empezar su empresa de coches deportivos después de que Enzo Ferrari lo tildara de simple “tractorista”, aunque gran parte de su negocio también se basó en las bodegas.