De sabor suave y ligeramente dulce, con un toque herbáceo. Es tierno al cocinarse, pero más fibroso que las cebollas. Disfrútalo en cremas, sopas o tartas saladas. Asa los puerros enteros y sírvelos con salsa romesco para un plato sencillo y delicioso. Aprovecha la zona verde oscura para caldos. Puerros, ese primo insustituible Cebollita francesa Cebolla chata Una de las preferidas en Galicia. De sabor muy dulce, con casi nada de picor. Es firme, pero más jugosa y menos fibrosa que la cebolla convencional. En la cocina: perfecta para asar, freír en aros o añadir en hamburguesas y bocadillos. En crudo, mejora el sabor de las ensaladas sin dominar demasiado. Sabor dulce y delicado, con una ligera acidez. Textura compacta, tierna y jugosa al cocinarse. Fantástica para guisos, salsas o caramelizada como acompañamiento. Puedes glasearla en una sartén con mantequilla y azúcar para acompañar platos de carne.