Espacios como el Pati Obert del IVAM o el CCCC se han convertido en los nuevos templos de la vanguardia y el arte. 12.00 horasCultura de hoy en el claustro 10.00 horasLlenar (bien) el estómago 14.30 horasPaseo verde hasta el mar 11.00 horasLa apuesta por el arte urbano Retrato de Anna Devis y Daniel Rueda por Kike Tabernés Llonganissa y botifarra. Son sólo dos de los posibles ingredientes del típico almuerzo valenciano Reinventando espacios. Anna Devís y Daniel Rueda, dos artistas visuales valencianos que han trabajado para Disney, Netflix o Pantone 10.00 horas Llenar (bien) el estómago L’esmorzaret (almuerzo) es todo un acontecimiento para los valencianos. Debe incluir, como mínimo, un bocadillo con relleno contundente, así como olivas, cacahuetes, bebida y café. La carta de La Bernarda es casi inabarcable y respeta el rito tradicional, incluyendo ingredientes de la huerta y el vino en porrón. El local forma parte del ecléctico Mercado de Tapinería, un espacio que pasa desapercibido para el visitante despistado por su ubicación casi secreta en dos plazas peatonales del centro histórico de la ciudad. Las ephemeral stores, locales que acogen eventos, mercados, ferias temáticas y talleres, completan la oferta de este escondido y estimulante oasis creativo y gastronómico. Mercado de Tapinería. Tapinería, 15. mercadodetapineria.com 11.00 horas La apuesta por el arte urbano Un buen recurso para bajar el aporte extra de calorías es dar un paseo hasta el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) y dejarse bañar por el sol en su Pati Obert. El espacio, recien-temente inaugurado, conecta el arte con la vida cotidiana de los vecinos. Como muestra de ello, el Pati Obert está pre-sidido por un gran mural del artista urbano Escif que reco-ge el pasado, el presente y el futuro del barrio del Carmen. “Quería que los alumnos del instituto de enfrente fueran los protagonistas del mural, y por eso plasmé algunas de las pintadas que encontré en los baños del centro”, comenta. “La escena del arte urbano en València es posiblemente una de las más relevantes del país e incluso del mundo”, apunta Escif. “Además, el Ayuntamiento ha apostado por nosotros: desde 2017 hemos sido artistas urbanos quienes hemos diseñado la falla de la Plaza del Ayuntamiento” Pati Obert. Beneficència, 23. 12.00 horas Cultura de hoy en el claustro Un antiguo convento acoge el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC), una institución que busca cohe-sionar el barrio y la ciudad a través del arte. “Hemos conver-tido el CCCC en un laboratorio de experimentación crea-tiva en el presente, conectado con ese pasado cultural, que acoge expresiones artísticas de radical actualidad”, valora su director, José Luis Pérez Pont. Alrededor de dos claustros se articulan sus siete salas, en las que conviven “concier-tos, exposiciones, performances, ciclos de cine, talleres para todas las edades…”. En junio estarán en marcha, entre otros proyectos, Deaf City, de Antoni Abad, una serie de monó-logos multimedia que revelan el sentido del humor de las personas con diversidad auditiva, y la exposición Rondalla de fang, del artista urbano Dulk, un viaje narrativo y escultural a la Albufera de València desde la crítica medioambiental. Centre del Carme Cultura Contemporànea. Museu, 2. 14.30 horas Paseo verde hasta el mar Uno de los espacios abiertos que los valencianos tienen en mayor estima es los Jardines del Túria. “O, como los llama-mos aquí, el río”, indican Anna Devís y Daniel Rueda, un dúo de artistas visuales que cuentan historias y exploran emociones fotografiando contextos arquitectónicos con una mirada insólita. “El río un día llevó agua, pero tras la riada del 57 se desvió su curso y el antiguo cauce se transformó en una extensa arteria verde que divide y cose la ciudad”, explican. Caminando por este parque en el que a cualquier hora del día abundan los corredores y las familias casi se alcanza el Cabanyal, el antiguo barrio de pescadores de la ciudad. El paseo puede proseguir por la orilla de la playa de la Malvarrosa y culminar en Panorama, restaurante especia-lizado en arroces que ofrece unas privilegiadas vistas al mar. Baños del Carmen. Bolivia, 26.